jueves, 3 de agosto de 2017

LA ZARZUELA CUBANA

Restaurado y hermoso el Teatro Martí actual



Partiendo de la tradición musical del vernáculo se forja el teatro lírico cubano que se inicia en 1927 en el Teatro Regina con la zarzuela de Ernesto Lecuona y Eliseo Grenet: “Niña Rita” o “La Habana en 1930”, con el debut de esa gran artista cubana que fue Rita Montaner, dotada de una gran voz y de un talento histriónico que la llevaron al favoritismo del público cubano y extranjero.
 La música criolla de salón es la gran protagonista de este teatro lírico, donde el libreto pasa a un segundo plano, cediendo su lugar a la partitura musical elaborada con gran calidad a partir de concepciones criollistas de autores como Lecuona, Roig, Prats, Ankerman, etc.
 El teatro lírico está presente desde principios del siglo XX con obras aisladas que habían permanecido sin ocupar un lugar preponderante en el gusto del público, primero por la fuerza del bufo, luego por la falta de voces y una orquesta capaz de tocar estas partituras. A fines de la década del veinte se da estas condiciones junto con el talento musical y el apoyo económico de Lecuona para preparar la primera temporada de zarzuelas cubanas.
 En 1928 Ernesto Lecuona estrena, “El Cafetal”, “El Batey” y “El Maizal”. En 1930 en el teatro Pairet su conocidísima zarzuela, “María La O”. En este fructífero período otras zarzuelas de Lecuona subieron a los teatros habaneros: “Lola Cruz”, “La Plaza de la catedral”, “Cuando La Habana era inglesa”, “La de Jesús María”, “Rosa la China”, “El calesero”, “El amor del guarachero” y “La cubanita”, entre otras.
 A pesar de la crisis política que vive la isla en la década del 30 el lírico reafirma su buen momento al inaugurarse la temporada de 1931 en el Teatro Martí, sostenida por el comerciante Agustín Rodríguez, la dirección general de Manuel Suárez y Gonzalo Roig en la dirección musical.
 La temporada duró hasta 1936 estrenándose en ese tiempo más de cincuenta obras, casi todas con el argumento ubicado en la época colonial, girando los temas alrededor de los amores incomprendidos o idílicas escenas de la burguesía esclavista criolla.
 La gran protagonista de estas obras era la mulata de sino fatal, amante intensa pero destinada en aquella sociedad colonial a ser amante del blanco rico, todo en medio de una idealizada sociedad criolla donde la esclavitud está edulcorada y esconde su rastro de sangre tras el modo de vida de una burguesía criolla que prosperó a costa de la explotación de esclavo de origen africano.
 La zarzuela cubana incorpora del bufo algunos personajes, más por su pintoresquismo que por su aporte al género: el negrito y el gallego; agregando además al calesero, el galán, la damisela, blanca y la mencionada mulata.
 Esta mulata será el gran personaje del lírico, proveniente del bufo, pero con característica diferente: continúa siendo bella, pero cargará con su fatalismo de amante del señorito blanco y el deseo perenne de ascender en la escala social, entre sus iguales, pero terminando engañada y víctima o victimaria de la venganza. Todo un símbolo sexual que de un modo u otro ha dejado una profunda huella en la sociedad cubana.
 El paradigma de esta zarzuela resultó, “Cecilia Valdés”, basada en la novela homónima de Cirilo Villaverde. Subió a la escena del Teatro Martí el 26 de marzo de 1932, su autor fue Gonzalo Roig quien escribió las partituras, que de hecho han hecho más conocida la zarzuela que la novela y que es reconocida como la más importante obra lírica de la música cubana.
«“Cecilia  Valdés” es  la  obra  cumbre  del  teatro  lírico  cubano compuesta de dos actos y un prólogo, ocho cuadros, un epílogo y una apoteosis. La música fue escrita por el maestro Gonzalo Roig y la letra del libreto pertenecen a Pepe Sánchez Arcilla y a Agustín Rodríguez. Tal como ocurrió con la novela homónima de Cirilo Villaverde, la zarzuela alcanzó el punto cimero en su género en el momento  en  que  se  estrenó  y  permanece  como  pieza  suprema  del género lírico cubano.»[1]
 Gonzalo Roig es el autor de otra zarzuelas que estrenó en esta exitosa temporada lírica del teatro Martí: “El Clarín”, “La hija del sol”, “La Habana de noche”, “Cimarrón”, etc.
 Otros de los animadores de esta temporada fue Rodrígo Prat quien es autor de las zarzuela: “Amalia Batista”, “María Belén Chacón”, “Guamá”, “El Pirata”, “La Perla del Caribe”, “La Habana que vuelve”, “El gran desfile”, etc.
 Jorge Anckerman estrenó sus zarzuelas, “Rincones de Cuba” y “La emperatriz del Pilar”, mientras que Eliseo Grenet y Moisés Simons, incursiona igualmente en el género.
 En cuanto a los protagonistas de este teatro lírico se destacan: Caridad Suárez, Conchita Baduls (española que estrenó la zarzuela “María La O”), Elisa Altamirano (mexicana, primera protagonista de “Cecilia Valdés”), Hortensia Coalla, María Ruiz, Esther Borjas, Rita Montaner, Candita Quintana, Alicia Rico, Maruja González, Rosita Fornés, Lolita Barrio, Miguel de Grandy, Panchito Naya, Álvaro Suárez y muchos otros que engrandecieron esta temporada lírica.



[1]  “A 80 del estreno de la zarzuela Cecilia Valdés”. Redacción de CMCH. 26/3/2012. Digital

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