Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa
La primera villa de Cuba
Cuenta
la historia que un día como hoy hace 506 años, los españoles fundaron la
primera villa en la isla de Cuba en una bahía de media luna que miraba al “Paso
de los Vientos” y era el lugar ideal para las comunicaciones con la primera
colonia americana, Santo Domingo, un poco más al este, al sur de la isla de Quisqueya,
bautizada por el conquistador hispano como La Española.
Cuenta que el Adelantado Diego Velázquez había
desembarcado un mes antes en la “Bahía de Palmas”, uno de los pequeños puertos
a la entrada de la bahía de Guantánamo, venía con algo más de 500 conquistadores, dispuestos a
hacer suyas estas tierras desconocidas que ellos esperaban tuvieran una gran
riquezas, sobre todo oro, que llenara sus bolsillos y los Rey que les
permitiera volver como señores a España de la que habían salido cuando más como
caballeros segundones.
La fuerte resistencia que desde un primer
momento encontraron en los originarios pobladores de estas tierras le hicieron
buscar lugar seguro y cercano a sus bases en La Española y ese lugar fue la
bahía de Baracoa en la que fundaron un 15 de agosto de 1511, la Villa de La
Asunción de Baracoa, de la cual queda hoy el nombre aborigen de BARACOA, la
villa del yunque, la señora del río Toa, la ciudad de los ríos y las leyendas y
durante muchos años el último rincón del
mundo en esta isla.
La conquista se expandió poco después por toda
la isla y la capitalidad de la colonia
le duró poco a Baracoa, sustituida por Santiago de Cuba fundada en 1513, para
luego pasar esa titularidad a la Habana, la villa de puerto Carena fundada en
1519, pero capital de facto de la colonia hasta que los poderes vinieron hasta
la villa favorecida por las corrientes del Golfo, base de la flota anual
española y convertida ella sola en Cuba por el olvido de dos siglos en el que
se sumió el resto de la isla.
No busque en Baracoa muchos vestigio de estos
primeros años coloniales, la villa tuvo que rehacerse en sí misma y en ella no
abundaron los palacios y el mudéjar no toco a sus puertas, sus fuertes y
castillos provienes de dos siglos después para proteger a la villa de ambiciones
extranjera, pero Baracoa permaneció aislada por tierra del resto de la isla
hasta el triunfo de la Revolución y la construcción de la carretera
Guantánamo-Baracoa, pero es un cofre de tradiciones populares, desde su modo de
hablar el español, la cadencia de su música montuna y su puñado de apellidos
que todos sabemos son de Baracoa, señora del banano en la primera mitad del
siglo XX, café, cacao y coco y un paradisiaco entorno que arropa una historia
de cubanía y luchas por la independencia de la isla, Baracoa es Cuba.
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