martes, 15 de agosto de 2017

BARACOA, LA PRIMADA DE CUBA





 Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa
La primera villa de Cuba

Cuenta la historia que un día como hoy hace 506 años, los españoles fundaron la primera villa en la isla de Cuba en una bahía de media luna que miraba al “Paso de los Vientos” y era el lugar ideal para las comunicaciones con la primera colonia americana, Santo Domingo, un poco más al este, al sur de la isla de Quisqueya, bautizada por el conquistador hispano como La Española.
 Cuenta que el Adelantado Diego Velázquez había desembarcado un mes antes en la “Bahía de Palmas”, uno de los pequeños puertos a la entrada de la bahía de Guantánamo, venía con  algo más de 500 conquistadores, dispuestos a hacer suyas estas tierras desconocidas que ellos esperaban tuvieran una gran riquezas, sobre todo oro, que llenara sus bolsillos y los Rey que les permitiera volver como señores a España de la que habían salido cuando más como caballeros segundones.
 La fuerte resistencia que desde un primer momento encontraron en los originarios pobladores de estas tierras le hicieron buscar lugar seguro y cercano a sus bases en La Española y ese lugar fue la bahía de Baracoa en la que fundaron un 15 de agosto de 1511, la Villa de La Asunción de Baracoa, de la cual queda hoy el nombre aborigen de BARACOA, la villa del yunque, la señora del río Toa, la ciudad de los ríos y las leyendas y durante muchos  años el último rincón del mundo en esta isla.
 La conquista se expandió poco después por toda la isla y la capitalidad de la  colonia le duró poco a Baracoa, sustituida por Santiago de Cuba fundada en 1513, para luego pasar esa titularidad a la Habana, la villa de puerto Carena fundada en 1519, pero capital de facto de la colonia hasta que los poderes vinieron hasta la villa favorecida por las corrientes del Golfo, base de la flota anual española y convertida ella sola en Cuba por el olvido de dos siglos en el que se sumió el resto de la isla.
 No busque en Baracoa muchos vestigio de estos primeros años coloniales, la villa tuvo que rehacerse en sí misma y en ella no abundaron los palacios y el mudéjar no toco a sus puertas, sus fuertes y castillos provienes de dos siglos después para proteger a la villa de ambiciones extranjera, pero Baracoa permaneció aislada por tierra del resto de la isla hasta el triunfo de la Revolución y la construcción de la carretera Guantánamo-Baracoa, pero es un cofre de tradiciones populares, desde su modo de hablar el español, la cadencia de su música montuna y su puñado de apellidos que todos sabemos son de Baracoa, señora del banano en la primera mitad del siglo XX, café, cacao y coco y un paradisiaco entorno que arropa una historia de cubanía y luchas por la independencia de la isla, Baracoa es Cuba.

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