Voy
hablar del periodismo en Cuba, ejercido cada vez más por jóvenes que salen a la
calle en busca de la “noticia” que socialmente interese a todos, con
sensibilidad para la mayoría y que responsda a “principios éticos y
programáticos del que paga”, llámese
como se llamé: pueblo, estado, partido, dueño, que al final ejerce la misma
función, velar por sus intereses que pueden ser los de una mayoría o de una
minoría.
La noticia en época de internet tiene la
inmediatez de un suspiro, basta que ocurra y siempre habrá quien lo vea, como
siempre, pero ahora siempre habrá quien tenga un teléfono móvil, una tableta o
cualquier otro artilugio electrónico para que ese hecho quede en la mente de
miles. Eso es periodismo ciudadano, tan sesgado, peligroso, brutalmente objetivo
y tan dado a ser destapador de chismes, intimidades de figuras públicas o
simplemente del desgraciado que tuvo a mal cruzarse con este testigo malicioso
de sus actos.
Periodismo es ante todo objetividad,
responsabilidad, belleza literaria y militancia, por eso la prensa plana cubana
se cubre de crónicas que usted sabe a dónde van desde el primer párrafo, entrevistas
en los que el periodista induce el camino de las respuestas, pocas imágenes y
ningún seguimientos cuando es un hecho de inmediatez.
El periodismo televisivo y radial, se abren
más a un trabajo pegado al problema, tratan de acercarse al ciudadano y vencer
los “molinos de vientos” de los funcionarios, siempre atrincherados en las
justificaciones y las carencias, y su público en Cuba es muy grande, porque
internet en poca y mala en la isla, y los que se empatan con ella, van al casino
de la banalidad y a la trampa de la necesidad inmediata, a lo lúdico y al
espejismo de ese mundo virtual que requiere ante todo el antídoto de la cultura
para no terminar siendo un zombi de las modas o aplastado por esa avalancha de
información (relevante o irrelevante) que es la verdadera censura universal.
De todos modo la voz de la calle sigue siendo
un criterio de verdad fuerte en Cuba y en esa no hay censura…piensa Liborio,
piensa
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