lunes, 6 de junio de 2016

CUANDO LLEGA JUNIO




Este es el mes del medio y para el trópico cubano comienza la jornada lluviosa que en otros tiempos comenzaba en mayo, pero ahora  retarda un mes, anticipo de estas jornadas de humedad, calor sofocante y el sobresalto de los ciclones que suelen pasar con frecuencia. Larga y estrecha como es mi isla,  no escapa a los ciclones, de todas las intensidades y tienen el privilegio de estar presente desde el Diario de Colón y de deber su nombre de Huracán a una palabra de origen araguaco, lengua de los aborígenes de Las Antillas.
 Huracanes nos han sobrado en la historia y por eso es que el cubano lo ha incorporado a su folklor y a sus bromas de doble sentido comparando los malos momentos con el paso de un ciclón, que trae grandes vientos (“Llévatelo viento de agua”, es un refrán loco de la isla para alejar todo lo malo)
 Ahora nos hace falta, casi dos años sin lluvias fuertes, ya era hora de que San Pedro se acordara que los cubanos no eran gorgojos y necesitan agua, y si la falta de lluvia era un pretexto socorrido para el incumplimiento de planes agrícolas, ahora lo será las grandes lluvias y cuanta cosa tenga que ver con el clima, al menos ahora refrescaremos, ya estamos acostumbrados a eso.
 Desde que tengo uso de razón recuerdo el célebre huracán “Flora” que arrasó con la zona oriental de Cuba en 1963 y que dio origen al “Programa hidráulico de la Revolución” y a la creación de la Defensa Civil, mecanismo de  protección contra desastre  muy efectivo y confiable, que ha permitido que al menos las pérdidas de vidas humanas se hayan minimizado desde aquellos tristes días del Flora.
 Ayer fue el Día del Medio Ambiente y es bueno recordar que todos los seres humanos vivimos en la naturaleza, indomeñable y cambiante, la “madre tierra” a la que hemos hecho mucho daño por un indiscriminado uso de los recursos, a veces para despilfarrarlos en lujos vanos y fatuidades que no hacen diferencia, sin hablar de la desigualdad de distribución de la riqueza que no es más que el pecado natural de las sociedades  capitalistas, donde parece que los pocos ricos y la clase media egoísta olvidan que hay un solo planeta tierra y si se jode, nos vamos todos al carajo.

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