El 9 de junio de 2002 se
nos fue la “Señora Sentimiento”, esa voz clara y profunda que marcó toda una
época en las décadas del 50, 60, 70 y 80 del siglo XIX cubano, aunque ella será
recordada y escuchada siempre por esa manera suya de cantarle a los sentimientos
más íntimos del ser humano.
La “voz del feeling” con perdón de cuantas
quieran ayer y hoy apropiarse de una corona que fue solo de ella, porque le
sobraban las orquestas y los grandes espectáculos y le bastaba una guitarra y
la compañía íntima de un pequeño grupo de seres humanos cómplices, pendiente de
sus letras, de su gestualidad y esa manera suya de llegarnos al corazón.
Cuando los devastadores años 90 pasaron por
nosotros, era un rumor triste que estaba enferma y los que la amamos lloramos porque el SIDA era un monstruo reinante y
había tocado a la reina, para escuchar con ella sus penas y trasmitirnos el
mensaje de su realidad entre nosotros.
Elena nuestra de tantas canciones: “Duele”, “Lo
material”, “Para vivir”, “Mi son al son”, tantas y tantas canciones que a veces
no estrenó ella, pero que luego de decirlas a su modo, ya no queríamos oírla por
otro, Elena de la pantalla chica y blanco y negro, Elena del cuarteto de
Orlando de la Rosa y las D’Aida, Elena que se despidió de nosotros con aquella
canción de “Amigas” acompañada de Omara Portuondo y Moraima Secada, otras
leyendas de los años míos, los años de la Revolución, esos que no cambio por
nada porque son historia.
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