Juan
Gualberto Gómez (1854-1933), es un intelectual negro formado en el adverso
ambiente social cubano de estos años, nacido libre de padres esclavos pudo
estudiar con el mejor maestro negro de La Habana y luego enviado a estudiar a
París, Francia, donde descubre su vocación por el periodismo que comenzó a
ejercer en ese país. A su regreso a Cuba en 1878 se une activamente a las
luchas por la abolición de la esclavitud, la igualdad racial y la independencia
de Cuba, conoce a José Martí y junto a él colabora en los esfuerzo por la
libertad de la isla, al tiempo que es un activo defensor de los derechos de los
hombres de su raza.
Fundó
su primer periódico, “La
Fraternidad” (1878) en el que desarrollaba una activa labor
de orientación y educación a los negros a quienes exhortaba a educarse y
adquirir los conocimientos que hicieran posible ser respetados por la sociedad
de su época. El compromiso político con la isla irredenta los llevará a conspirar
y apoyar los levantamientos que se producen en 1879 en el oriente del país y
que hoy conocemos como la
Guerra Chiquita, por lo que es deportado a España.
En Madrid fue
jefe de redacción de El Abolicionista y luego de La Tribuna, en
cuya dirección reemplazó a su amigo Rafael María de Labras; fue también
editorialista y cronista de los diarios El Progreso y El Pueblo, además de
corresponsal de varios diarios españoles y europeos. Compartió con los más destacados periodistas y
escritores españoles de su época, sobresaliendo como polemista formidable y
temible al decir de los que cruzaron palabras desde la prensa con Juan
Gualberto.
Junto a estos
esfuerzos Juan Gualberto activa desde su periódico la promoción de los derechos
de las personas de su raza en cuya defensa ya trabaja el Directorio Central de
las Sociedades de la Raza
de Color en Cuba[1] cuya directiva lo elige
como presidente el 21 de agosto de 1891.
En
1886 se había decreta la abolición de la
esclavitud en Cuba, la medida beneficio a más de cien mil esclavos que
representaban el 32, 4 % de la población, con ello se libera la fuerza de
trabajo que ahora se vende por jornales muy precario para poder subsistir y
mantener a su familia. Desde sus periódicos habaneros, “La Fraternidad” y “La
Igualdad” defendió los derechos de la gente de color.
Esta fue la tónica del periodismo que hizo
Juan Gualberto Gómez desde La
Fraternidad, en los escasos dos años en que este
circuló en Cuba, defendiendo el derecho de los cubanos a una aspiración de
independencia, al tiempo que sostenía la promoción de las aspiraciones de las
masas de “color” en el logro de una plena igualdad tras la abolición de la
esclavitud en la isla.
Es esa la razón para sostener que la aparición
del periódico La
Igualdad, el 7 de abril de 1892, es una
continuidad del trabajo iniciado en La Fraternidad, aunque ahora el énfasis
estaría dado en lo que él consideraba era muy importante en aquellos momentos y
expresado con toda claridad en el artículo “Lo que somos”, de la edición
inaugural de La
Igualdad, y en el que expresa que su propósito era
unir a los cubanos sin distingos de color de la piel, así como de hallar una
solución justa a los problemas socioeconómicos de la colonia:
“Vamos en
busca de la igualdad: blancos, negros y mulatos, todos son iguales para
nosotros; y nuestra aspiración consiste en que todos así lo sientan; para que
llegue un día en que los habitantes de Cuba se dividan, no por el color de la
piel, sino por el concepto que abriguen de las soluciones que se presenten a
los problemas políticos, sociales y económicos, que se disputan el predominio
en el mundo culto”[2]
Desde La Igualdad se
defendían los derechos de la raza de color, porque al decir del propio Juan
Gualberto Gómez, esta igualdad no sería posible, si al negro no se le concedían
primero los mismos derechos que a los blancos, sino desaparecían primero toda
una serie de leyes y ordenanzas racistas que las costumbres habían arraigado en
la población.
Los
estudiosos cubanos de hoy hacen mucho énfasis en el valor del periódico La Igualdad para
la difusión de las ideas martianas, en la preparación de los cubanos para la
lucha por la independencia, pero casi no se habla de la titánica labor de Juan
Gualberto desde sus páginas en favor de las reivindicaciones de los negros.
Raquel
Mendieta en su ensayo “Agitación política y reivindicación socio-racial:
El Directorio Central de las Sociedades de la raza de Color en Cuba”
resume esta labor:
“La escuela mixta, como forma de integrar
desde la niñez a blancos y negros; la necesidad de una activa participación de
los sectores negros en la vida política a través del voto que se le quiere
negar; la crisis política de los partidos coloniales -Unión Constitucional y Liberal Autonomista-, incapacitados para
dar soluciones a los problemas económicos, políticos y sociales que aquejan al
país; el derecho de los negros a entrar en los lugares públicos; la necesidad
de eliminar los libros diferenciados en el Registro Civil, así como las
fórmulas de cortesía en las células personales, o cualquier otro elemento que tienda a diferenciar, con carácter
peyorativo para los negros, a ambas razas; el derecho de existencia de los
cabildos de africanos, son algunos de los temas fundamentales que sacará a la
palestra pública Juan Gualberto Gómez”[3]
El periodismo que desarrolla Juan Gualberto
Gómez entre 1890 y 1895 se desarrolla básicamente en los periódicos La
Fraternidad y La Igualdad, convertidos por él en tribuna de
divulgación de las mejores causas de la sociedad cubana: la lucha por la
independencia y la reivindicación de los derechos de la raza negra, su palabra
apasionada y convincente toma fuerza para luchar desde dentro contra los males
de la sociedad colonial y desbrozar el camino a la sociedad cubana soñada por
los mejores hijos de este país.
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