lunes, 5 de junio de 2017

JOSÉ MACEO GRAJALES, EL LEÓN DE ORIENTE (1849-1896)




“Todo hombre si tiene conciencia de su propio valer,
rechaza indignado que se le considere
ciudadano de segunda clase”
José Maceo

 A los cubanos no tengo que presentárselo, este gran hombre es uno de los hijos de Mariana Grajales y Marcos Maceo, hermano de Antonio y relevante jefe militar de las guerras por la independencia de Cuba, murió en combate por la libertad de Cuba hace 121 años un 5 de junio en su amada tierra oriental.

“Se distinguía por ser leal y franco; pero la cualidad más saliente, y que hacía del general José Maceo tan simpática figura militar, fue indudablemente el valor: siempre se empeñó en ser el primero en reconocer al enemigo, como si fuera un simple oficial, y combatía personalmente en la línea de fuego en medio de los soldados de su escolta”[1]

 Se unió a la insurrección independentista el 11 de octubre de 1868, junto a sus hermanos Antonio y Justo Regueiferos Grajales y terminó la primera etapa de la guerra por la independencia de Cuba con los grados de coronel, participando en numerosos combates bajo las órdenes de los más prestigios jefes de la contienda, entre ellos Máximo Gómez y su hermano Antonio.

 En marzo de 1878 está junto a su hermano y las tropas orientales   en la dignísima “Protesta de Baraguá”, reunión convocada por el general Arsenio español Martínez Campos para darles a conocer los términos de lo acordado en el Camaguey para terminar la guerra. Ese día su hermano Antonio le hizo saber a las autoridades españolas que ellos no estaban de acuerdo con lo pactado porque no se alcanzaba, ni la independencia de Cuba, ni la libertad de los esclavos, por lo que continuarían combatiendo.

 Terminada la guerra permaneció en Cuba y en 1979 se une al nuevo intento por la independencia, que meses después fracasó. Por esta causa fue detenido en 1880 y deportado a los presidios españoles en Ceuta, África. Su rebelde personalidad lo hicieron intentar dos veces escapar de la cárcel, refugiándose en Gibraltar, desde donde los ingleses lo devolvieron a España.

 Indultado por las autoridades coloniales españolas regresó a reunirse con su familia, primero en Jamaica y luego en Costa Rica donde trabaja con su hermano Antonio y otros emigrados cubanos.

 Convocados por José Martí, los hermanos Maceos llegan junto a un puñado de valerosos oficiales cubanos a la playa de Duaba, Baracoa, el 1ero de abril de 1895. Poco después del desembarco fueron dispersados por fuerzas españolas y José  se abrió paso solo por los intrincados montes de la serranía hasta unirse a las partidas insurrectas.

El 25 de abril Máximo Gómez y José Martí se unieron al general José Maceo quien se batía derrotando al enemigo en Arroyo Hondo en la cercanía de Guantánamo. Tres días después lo ascendieron a mayor general y el 20 de octubre de ese mismo año asumió la jefatura militar del departamento oriental. El 5 de julio de 1896 resultó gravemente herido y falleció a las pocas horas, a los 47 años de edad, en Loma del Gato, donde también los españoles tuvieron grandes pérdidas.

 Es uno de esos cubanos inolvidables por su entrega e imprescindible por su fidelidad a la causa de Cuba, respetado por sus compatriotas y temido por el enemigo que vio en él un incansable defensor de la libertad de Cuba.




[1] Porfirio Valiente: “Sobre el General José Maceo”, en rev. Del Caribe, pág. 106, Nº 31, 2000

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