jueves, 5 de enero de 2017

UN ANIMAL POLÍTICO



El siglo XXI requiere de gente consiente del mundo en que está viviendo, que no se deje embaucar por las lentejuela y los espejitos del confort, que los llevarán al status de “gente manipulable”, consumidora en exceso y seguidora de cuanto consejo contradictorio traigan estas redes sociales cada vez más enredadoras, cursis y desmovilizadoras.
 Para ello es importante cultivar el “animal político” que toda persona informada, culta y contestataria lleva dentro. Los colores siempre han tenido matices, pero casi siempre terminamos por generalizar y decir, “rojo”, “azul”, “negro”, sin fijarnos cómo se mueve ese gama  de tonos entre unos y otro, eso es diversidad y lo fundamental es buscar puntos comunes para unirnos y formar el “arco iris” fabuloso, que sale después de la tormenta, o cuando el sol brilla entre nubes.
 2017 será un año de retos, como tantos otros, con la diferencia que ahora los “egoístas”, “intolerantes” y de “extremos”, parecen estar ganando, porque les conviene un mundo desigual, de ignorantes, de figuras  (des)informadas, cansadas de tantas tragedias traídas a sus casas por tabletas y chips que lo convierten en seres inseguros, deseosos de “gobiernos fuertes” que le garanticen confort, aun a costa de vivir en una jaula de oro.
 Es un panorama triste, porque la gente tiene en primer lugar un derecho a la vida, que los poderosos no garantizan para todos y que hoy solo cuantifica si eres una persona VIP, por lo demás puedes ser una víctima colateral, alguien que estuvo en el “lugar inadecuado en el momento inadecuado” y tantos otros eufemismos que destruyen al ser humano como ser social, con derechos, feliz años 2017, seguiremos conversando.

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