viernes, 13 de enero de 2017

NI PIES SECOS, NI PIES MOJADOS



Las administraciones gubernamentales norteamericanas, con tal de  dañar a la Revolución Cubana  y hacerla implosionar, han implementado cientos de medidas y leyes a lo largo de estos casi sesenta años de diferendo ideológico entre ambos sistemas sociales, un conjunto de ellas ha tenido que ver con la emigración aplicada desde los primeros años del triunfo revolucionario, recordar el desconcierto sembrado en las familias de clase media y alta cubana en la década del sesenta, tras anunciar una falsa ley de quitarle la “patria potestad a los padres sobre sus hijos”, miles de niños salieron solos o mal acompañados rumbo a los Estados Unidos y el trauma aún se vive, luego la Ley de Ajuste Cubano, vigente aún, que acoge a cuanto cubano pida asilo a esa nación, considerándolos perseguidos políticos cuando en realidad son víctimas de las dificultades económicas provocadas por tantos años de bloqueo económico y de mala administración de los recursos internos, que de todo hay en este caso.
 Últimamente cientos de cubanos acogiéndose a su derecho de viajar, sacaban boletos para países limítrofes a Estados Unidos o cercanos a sus fronteras y acogerse a la famosa medida de recibir asilo siempre y cuando el cubano llegara a territorio estadounidense, era una ruleta rusa de inseguridad y violencia, por llegar  y en medio de este espacio eran víctimas del tráfico humano, estafas, maltratos y hasta la muerte, en busca de un sueño americano, selectivo y nada humanitario que dejaba afuera a millones de otros  latinoamericanos en busca de igual objetivo.
 Se llegó a la aberración de implementar un programa para facilitar la deserción de los médicos cubanos en misiones en muchos países, facilitando sus trámites rápidos y expeditos para llegar a los Estados Unidos, en un franco y abierto “robo de cerebro” que implemento el mismo gobierno del presidente Obama, ese que nos invitó a mirar al futuro, olvidando el pasado, en una lógica suicida que pretende destruir el proceso socialista cubano, de modo pacífico, al modo de las Revoluciones de colores que han sumido hoy al mundo en el caos y la inestabilidad.
 En hora buena la firma de los nuevos acuerdos migratorios entre Cuba y los Estados Unidos, la racionalidad triunfa sobre la soberbia, ojalá la nueva administración piense con mente clara en la continuidad de estas vías pacíficas para zanjar nuestros conflictos.

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