viernes, 6 de enero de 2017

CRECER EN CUBA



Crecer en Cuba hoy tiene una doble lectura, la primera es  llegar a adulto de forma sana, con una base cultural que puede ser de media o superior según su inteligencia y las motivaciones de la familia, dado que el estado cubano garantiza la enseñanza obligatoria y gratuita y ha depositado su mayor riqueza en el capital humano; la segunda tiene una motivación más espiritual porque la sociedad socialista cubana que nos hemos empeñado en construir, tiene por ideal humano un ser  altruista, solidario, preparado, dadivoso, con apego a principios éticos universales de respeto al otro, a las divergencias y la diversidad, todo eso va muy bien en el ideal humano que  la Revolución Cubana ha hecho crecer en nosotros.
 La realidad de la vida y los inmensos avatares de la  cotidianidad tuercen muchas veces esos sueños sociales y surge el EGOISMO como patrón de vida, la satisfacción de  necesidades materiales como  freno al crecimiento y el oportunismo como fórmula para avanzar sobre los otros y no al lado de ellos.
 El capitalismo en una realidad mundial que se construye sola con el incentivo de que “Ud. Puede llegar a ser rico, Ud. Puede llegar a ser un triunfador, Ud. Puede ser parte de los ricos y famosos”, porque el ser humano tiene que comer, vestirse, criar a sus hijos y después pensar en las utopías, el reto de los cubanos es que tenemos que hacer todo esto, retirando el “después” y sí pensando que las utopías de equidad y solidaridad humana nos han traído hasta aquí y nos llevarán tan lejos como queramos como sociedad, que ese es el futuro de la humanidad si quiere sobrevivir como especie, porque todo no es mercancía y ganancia, porque el ser humano y la naturaleza tiene que estar en el centro de todos los problemas a resolver para seguir creciendo y alcanzar ese sueño de “mundo mejor para todo, con la mayor cantidad de justicia posible para todos también”.

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