lunes, 2 de octubre de 2017

LOS AÑOS ALTOS



A propósito del 1º de octubre, Día del Adulto Mayor
“Los años altos”, esa es la definición que utilizó nuestro José Martí para referirse a esa edad hermosa y fecunda de los que han vivido y por ende son de hecho la memoria de las familias y las sociedades, los ancianos, los mayores, esos que hemos andado por el mundo, absolviendo la sabiduría de los que nos rodean, aprendiendo del contemporáneo, de los mayores y de los menores, porque no se sería digno de nuestros años sin al recontar la vida, pasando los sesenta,  no hemos hecho la cosecha básica de la humanidad: ser bueno, solidario, amar al otro como nos debemos amar a nosotros mismos, ser parte de ese todo hermoso que se llama sociedad humana, dejar la huella de nuestro paso con  nuestro aporte como “homo labori” y “homo ludens” y con la espiritualidad única que cada ser ha cultivado.
Ese adulto que soy se enorgullece de haber aportado algo a la vida de su gente, sin ruido, sin estridencia, mirando sólo dónde pondrá el próximo paso; juzgando, perdonando, haciendo de sí mismo el juicio único que cada uno puede de sí, y recordando al poeta cuando escribe: “Y cuando llegue el día del último viaje/ y esté al partir la nave que nunca ha de tornar/ me encontrareis a bordo ligero de equipaje/ casi desnudo como los hijos de la mar”[1]


[1] Antonio Machado

No hay comentarios:

Publicar un comentario