Desde
1980 los cubanos celebramos el Día de la Cultura Cubana los 20 de octubre,
ocasión en la que reconocemos y exaltamos las raíces de la nacionalidad de esta
nación joven y diversa hoy enfrentada a los retos de la globalización bajo la
impronta martiana marcada en su ensayo “Nuestra América”: “injértese en
nuestras Repúblicas el mundo pero el tronco ha de ser el de nuestras Repúblicas”
Hace 149 años la ciudad de Bayamo fue ocupada
por las fuerzas independentistas comandadas por Carlos Manuel de Céspedes,
junto a él venía su amigo Pedro Figueredo (Perucho) quien meses antes había
escrito una marcha “sospechosa” tocada
en un Tedeum en la Iglesia de Bayamo, en medio del entusiasmo victorioso de los
bayameses Perucho distribuye entre ellos
la letra de “La Bayamesa” el canto patriótico escrito y musicalizado por
él ahora presentado con todo su esplendor a la primera ciudad de Cuba Libre.
Era la ratificación de la existencia de una
cultura propia crecida en medio del
entramado de la “criollidad” y del dialectico “ajiaco” que era esta sociedad
isleña conformada por descendientes de españoles, aborígenes, negros y otras
raíces exóticas que venían aliñando el ser cubano, ahora desde 1868 esta
cultura se daba el derecho de ser libre e independiente, ahora que más allá de
las clases sociales y los intereses económicos, un noble bayamés, Carlos Manuel
de Céspedes se había atrevido a proclamar la Patria añorada y expresado la
voluntad de vivir y morir por ella.
Como reconocerán los cubanos de hoy nuestro
Himno Nacional no es una larga letanía de hipérboles y metáforas, es un himno vibrante
que resumía en seis cuartetas el sentir del cubano, pero la guerra y los azares
combativos que tachonaron estos primeros años de luchas hicieron que el canto
patrio se sintetizara en las dos primeras cuartetas, porque en medio de la
acción por hacer patria ellas eran el resumen supremo de nuestros anhelos, aquí
les expongo la letra íntegra de la “Bayamesa”[1]
y en negrita las partes que hoy conforman nuestro himno:
que la patria os contempla orgullosa.
No temáis una muerte gloriosa,
que morir por la patria es vivir.
En cadenas vivir, es vivir
en afrenta y oprobio sumido.
Del clarín escuchad el sonido.
¡A las armas valientes corred!
No temáis; los feroces iberos
son cobardes cual todo tirano
no resiste al brazo cubano
para siempre su imperio cayó.
Cuba libre; ya España murió
su poder y orgullo do es ido
¡Del clarín escuchad el sonido,
a las armas valientes corred!
Contemplad nuestras huestes triunfantes
contempladlos a ellos caídos,
por cobardes huyeron vencidos
por valientes supimos triunfar.
¡Cuba libre! Podemos gritar
del cañón al terrible estampido
¡Del clarín escuchad el sonido,
a las armas valientes corred!
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