En 1948 se produce la
victoria electoral de Carlos Prío Socarrás
(1903-1977) candidato aupado por el mismo Grau San Martín y continuador de la
política anti popular y corrupta del mismo.
El nuevo gobierno auténtico continuó la tónica
del anterior, con el robo autorizado del presupuesto público y múltiples
escándalos relacionados con la hacienda pública que deterioraron la imagen del
gobierno.
Uno de los hechos más sonados fue el escándalo
por la falsa incineración de casi 40 millones de pesos que debía ser retirado
de circulación por el Ministerio de Hacienda regentado por el hermano del
presidente, Antonio Prío Socarrás.
El gobierno de Carlos Prío se alineó desde un
principio junto a los sectores enriquecidos con el robo de los fondos públicos
y con la debilitada burguesía industrial azucarera, todo ello sin afectar los
intereses de la oligarquía y de los inversionistas yanquis. Por esta razón se
manifestó como un gobierno pro-norteamericanos, reaccionario, represivo del
movimiento obrero y de los comunistas.
Durante su mandato fueron asesinados dirigentes
obreros de la talla de Aracelio Iglesia, Amancio Rodríguez y Miguel Fernández
Roig, entre otros. Promulgó el Decreto 2273, conocido como “Decreto Mordaza”, dirigido
a silenciar los programas radiales de la oposición a más de los reiterados
asaltos de la policía contra el periódico comunista “Hoy”.
Fiel a su política pro yanqui, Prío Socarrás
se mostró partidario del aumento de la tarifa eléctrica propuesta por la
Compañía Cubana de Electricidad, de capital norteamericano; concertó acuerdos militares y de inteligencia con el
gobierno de los Estados Unidos y creó el Grupo Represivo de Actividades
Subversiva (GRAS) con el pretexto de luchar contra el gansterismo político,
pero usado en realidad para reprimir a los movimientos de izquierda y de los
trabajadores.
En 1950 el gobierno anunció su programa de
“Nuevos Rumbos” que pretendía actuar contra la corrupción administrativa para
lo cual destituyó a todo el gabinete y promovió las tan esperadas leyes
complementarias, principalmente en la esfera bancaria y la hacienda pública.
Creó el Banco Nacional de Cuba, el Banco de Fomento Industrial de Cuba
(BANFAIC), el tribunal de Cuentas y el de
garantías Constitucionales y Sociales y aprobó la Ley orgánica del
presupuesto y la ley general de
contabilidad, pretendiendo con estas medidas mayor control del presupuesto estatal, al cual estaban adjunto como
“botelleros”[1]
cientos de pistoleros a sueldos que hacían pactos de paz con el gobierno a
cambio de estas prebendas.
Los cambios promovidos por los “Nuevos Rumbos”
fueron casi nulos, por lo que continuaron las protestas populares y las
campañas radiales de Eduardo
Chibás (1905-1951), denunciando la verdadera situación de
latrocinio dentro del gobierno de Prío. El Partido Revolucionario Cubano
(Ortodoxo) de Chibás era casi seguro ganador de las elecciones de 1952, por la
popularidad de su líder y el descredito del gobierno de Carlos Prío Socarrás.
Políticamente presionado y en medio de su
campaña de denuncias contra el robo de los ministros, no pudo obtener las
pruebas de ello y se suicida delante de los micrófonos de la CMQ, el 16 de
agosto de 1951, dejando acéfalo el fuerte movimiento ortodoxo, adecentador y
aglutinador de las fuerzas progresistas del momento. A pesar de su ausencia el
partido Ortodoxo seguía siendo el favorito para las elecciones de 1952.
En medio de este convulso panorama regresa a
Cuba Fulgencio Batista, tras las garantías que le ofreció el gobierno. Sus
aspiraciones política eran volver a la presidencia de Cuba, pero su partido no
estaba entre los favoritos para ganar las elecciones, aunque él sí seguía
siendo el “hombre” de las fuerzas más reaccionarias del país y contaba con el
apoyo de las fuerzas armadas, bases que lo llevaron a sacar a Carlos Prío
Socarrás de la presidencia con un golpe de estado, el 10 de marzo de 1952,
pocos día antes de las elecciones que daban como posibles ganadores a el
Partido ortodoxo y las fuerzas progresistas aglutinadas a su alrededor..
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