jueves, 20 de julio de 2017

26 DE JULIO: DÍA DE LA REBELDÍA NACIONAL




Estamos a las puertas del aniversario 64 del asalto a los cuarteles Guillermón Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, hecho ocurrido el 26 d julio de 1953. Eran día de frustración y desanimo en la sociedad cubana, donde una oligarquía nacional mantenía el poder en función de sus intereses personales y de grupo a costa de todo un pueblo con miles de anhelos y sueños pospuestos.
 Era el año del centenario del natalicio de José Martí y el gobierno de turno, ilegal por demás, organizaba actos y promovía la figura del héroe en función de su martirologio, pero obviando sus sueños pospuestos y sus radicales ideas claramente escritas en sus documentos y dichas en su tiempo para un pueblo humilde que esperaba algo más que una República para las clases pudientes, sino el país de bienestar y oportunidades en los que criar a sus hijos, educarlos y dignamente unirse al concierto de naciones americanas.
 Realmente Martí era ya la figura excelsa de la nación cubana, pero era en realidad un convidado de piedra, su pueblo sabía de memoria sus versos y en las escuelas a los pequeños le habían mostrado el sacrifico de aquel gran cubano, pero toda su obra radical y esclarecedora durmió el sueño de los justos y parecía realmente “muerto” en el año de su centenario.
 Por eso es bueno comprender la grandeza de aquel grupo de jóvenes, minoría entonces, encabezados por Fidel Castro y Abel Santamaría que no tuvieron más ideología que las lecturas del Apóstol y la determinación de cambios tan necesarios en la nación cubana, secuestrada y estéril por sus “clases vivas”, derrotistas y oportunistas, siempre a la sombra del “fatalismo geográfico”, de ser vecinos del gran imperio, que desde finales del siglo XIX se empeñó en hacernos creer que seríamos alguien con ellos o no seríamos nada.
 La Cuba de la cumbancha, el ron y las mulatas se asombró ante la hazaña de aquellos muchachos desafiando a la dictadura de Batista y al sistema social prestablecido y bendecido por la oligarquía de los Estados Unidos, era el inicio, la Revolución iniciada por Martí lograba entroncar en la radicalidad de aquella generación dispuesta a cambiarlo todo, esa fue su hazaña; alzarse perseverante frente a lo que parecía imposible y trazarse desde los inicios, en las palabras de sus líderes y el anhelo de su  militantes, a costa de un gran sacrificio de un pueblo que les siguió y apoyó en la Revolución continuadora.
 Ese es el legado del asalto al Moncada, el valor de aquellos jóvenes y el proceso que se inició bajo la conducción de un nuevo líder: Fidel Castro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario