Soy
de esta isla soy del caribe
/jamás
podré pisar tierra firme
/porque
me inhibe
Pablo
Milanés
En época de aldea global, desmembramiento de
países e imposición de una cultura hegemónica de consumo, hedonismo e
individualidad extrema, en países que blasonan de “cultos”, “desarrollados” y “campeones
de los derechos humanos”, yo sigo apostando por Cuba y su Revolución madura y
en constante cambio, con dirigentes nada ingenuos y a los que la “zanahoria de
la abundancia barata y condicionada”, no los deslumbra, como pueblo espero
mucho de nuestra herejía en construcción.
Mucho se está viendo en este mundo de “Revoluciones
de colores” y cambios de “baja intensidad” donde los sesudos del sistema
imperialista mundial apuestan por un mundo de sombies bien vestidos
ignorantemente informado y corriendo detrás de ídolos de papel que evitan con
sus extravagancias y escándalos de falda, droga y sexo que las mayoría y
especialmente los jóvenes no se den cuenta que el mundo que les ofrecen en un
mundo de enajenación, injusto y mal repartido en el que ha naufragado la
familia, la solidaridad y los grandes ideales que nos han traído hasta este
siglo XXI, que en ocasiones parece las puertas de fin del mundo, aunque los que
seguimos soñando las “herejías” de igualdad social y dignidad humana, pensemos
que es la nueva oportunidad para una “humanidad más humana” basada en el amor
por bandera, sin fanatismos de ningún tipo, con ideologías flexibles e
inclusivas donde la ética sea la supervivencia y el desarrollo del ser humano,
en cualquier parte de este planeta nuestro, tan maltrato, tan bellos, tan
grande, tan ajeno, tan desigual, pero único, nuestro hogar para el cual solo la
paz y la convivencia tolerante son y serán la clave de su existencia.
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