Hoy
es el primer lunes de septiembre, la tradición marca en la isla el inicio del
curso escolar en todas las enseñanzas, esa que constituye junto a la salud el
mayor motivo de orgullo del proceso revolucionario, la costosa enseñanza
universal que muchas veces no se valora todo lo que debe valorarse por los
mismos que de ella se benefician.
Niños de Círculos Infantiles, de Escuelas
Primarias, adolescentes de secundaria, pre-universitario, escuelas de oficio,
politécnico, enseñanza especial y la universitaria, constituyen hoy junto a la
salud el mayor sector de empleo, costoso porque no solo todo es gratuito, sino
que años tras años, las escuelas quedan muy maltratadas por los que debieran
cuidarla y hay que volver a invertir en ellas.
Garantizar educación y salud para todos se
convierte en una carga hermosa para la economía de un país bloqueado, siempre
con sus cuentas al límite, pero que con orgullo puede decir que nunca a dejado
a ningún educando sin escuela, eso necesita valorarlo, en primer lugar el
beneficiario de esto que es la población cubana toda.
La novedad grande es la inauguración del curso
escolar en el Colegio de Mendive, ese colegio que todos sabemos fue el que
formó en sus primeros años a nuestro José Martí, situado en el Paseo del Prado,
muchos años preterido y desconocido más por desidia que por ignorancia porque
se sabía que ese era el lugar, que estaba casi igual a como fue en la época de
Martí, pero que tuvo que esperar por otras urgencias para ser restaurado, ¡al
fin!
Esta hazaña económica y cultural que cada año
hace el pueblo cubano es extraordinaria, todo el que pueda aprender que
aprenda, todo el que quiera superarse que lo haga, porque es el modo de
enfrentar la vida mejor, aunque la prosperidad vendrá cuando cada trabajo sea
remunerado de acuerdo a su aporte social y económico a la sociedad que
construimos, esa es la inconformidad y el reto.
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