martes, 25 de septiembre de 2018

NADIE SABE LO QUE TIENE HASTA QUE NO LO PIERDE




Ese refrán tan verdadero como muchos otros, parece estar funcionando para gentes que en Cuba sufren de desmemoria crónica, eso que han entrado en la catarsis de la negación completa en cuanto se tratan temas internos del país.
 Ya han nacido y crecido en Cuba más de tres generaciones bajo el signo verde olivo de la Revolución de Fidel Castro y su pueblo, esa que significó un cambio cualitativo y cuantitativo para la sociedad cubana en particular y un ejemplo para los millones que en el mundo  permanecen al margen del vertiginoso cambio social y tecnológico que vive la humanidad, no porque ellos quieran, sino porque la parte que le corresponde en esa distribución social está engrosando la fortuna de familias y grupo de élite que dominan el poder en esas sociedades.
 Quiero recordar que la Revolución Cubana, socialista e igualitaria (tal vez demasiado) significó el acceso de las masa a los servicios sociales básicos de toda la población de Cuba, blancos, negros, tuvieran la religión que tuvieran, trabajaran o no, en fin todo aquel que fuera ciudadano de este país.
 Desde el surgimiento de la Revolución, frente a sus deseos y realidades por cambiarle la vida al cubano, apareció el enemigo más grande que puede tener cualquier país o grupo humano, negado a seguir los sacrosantos preceptos de la “democracia representativa”, “la libre empresa”, “respeto a la propiedad privada”, “los derechos humanos”(entendidos a la manera burguesa), y   el modo de vida consumista, egoísta y edonista que necesita el capitalismo para sobrevivir vendiéndonos un futuro que no es para todos. Ese enemigo tiene nombre: Estados Unidos de América, su oligarquía, gobierno y grupos de poder, que no pueden tolerar esa herejía a las puertas del imperio y como  no pudo destruirla militarmente(luego de haberlo intentado) condenó a este país a un BLOQUEO ECONÓMICO TOTAL, que tiene como fin rendirnos por hambre, debilitar la capacidad de resistencia del cubano, sumirnos en las precariedades y demonizar el proceso revolucionario ante los ojos del mundo y de su pueblo (por algo son los dueños de los grandes medios de comunicación), lo peor de todo es  que apuestan por el desgaste, por el tiempo, por la propaganda subliminal que nos inunda y por nuestra incapacidad de cambiar, de adaptarnos a las nuevas circunstancias, por la banalidad y la superficialidad que hacen innecesario(porque es “teque”) el seguir hablando de la realidad, trabajar sobre nuestras limitaciones, confiar en todos, pero controlar, crear un espacio de libertad y creación, pero tener siempre presente que el egoísmo es un antivalor, intrínseco al ser humano y que resolver “mi problema”, no me quita el deber de ayudar a resolver el del otro, el de todos.
  Lo nuevo siempre aparece en base a la experiencia anterior, la dialéctica en ciencia y en lo humano, aunque a veces la convirtamos en dogma, se cumple.

No hay comentarios:

Publicar un comentario