Quiero
ir a la génesis de la pintura cubana esa que se comenzó hacer en la década del
veinte del siglo XX cuando un grupo de jóvenes (siempre ellos) decididos romper
con los cánones de la academia cubana, esa que dictaba y aseguraba continuidad
a una forma conservadoramente hermosa de hacer pintura en Cuba, ellos tendieron
su mirada a la Europa transgresora y dijeron lo suyo a la manera de los nuevos
tiempos.
Esos muchachos pusieron su mirada en Paris y
sus vanguardias y desde allá reinterpretaron un modo de ver a Cuba novedoso
para su entorno.
Víctor Manuel fue el precursor y autor de esta
pieza, que luego reinterpreto de muchas formas, pero de esa generación son
Eduardo Abela, Gattorno, Marcelo Pogolotti, Carlos Enríquez y algunos otros que
hicieron la diferencia.
Gitana
Tropical, fue el cuadro que impactó a la sociedad habanera de esa época, era una forma de ver a una guajirita cubana
con sus grandes ojos negros mirando desafiante a los espectadores,
acostumbrados a los retratos de bellas damas criollas en tarde de siestas, con
vaporosos vestidos y en medio de un espacio real pero no común para la gente de
la isla, fue el primero y luego vinieron muchas formas de acercarse a Cuba y su
gente, hasta las de hoy envueltas en claves de pesimismo, mensajes extra
artísticos, interpretaciones y guiños a coleccionistas y galeristas, nada una
invitación a pasear por el arte por estos meses de verano en La Habana.
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