Releyendo viejas notas ya publicadas,
encuentro estas sobre el socialismo como sistema social y la dicotomía acerca
de su factibilidad o no en cualquier país, más en los países pobres donde por
lo general las deudas sociales son muy grandes y la mayoría de la gente está
empantanada en un sobrevivir sin futuro.
Ahora mismo una crisis de carácter planetario
quiebra el sueño de la “clase media” ese término medio social que espera
ascender al grupo de los ricos y sin embargo con un poco de inestabilidad del
sistema económico capitalista va a parar al grupo de los pobres, pero con la
frustración de la derrota y la tara de las deudas.
Teorizar
requiere horas de estudios a veces toda una vida, pero la realidad nos pisa los talones con necesidades de seres
vivos que son imprescindible satisfacer, por eso Fidel dijo una vez que el
capitalismo se construía solo, porque se basa en el egoísmo de la gente,
mientras que el socialismo había que
construirlo conscientemente, porque había que levantarlo con la solidaridad y
el altruismo humano, era más o menos la esencia de aquellas palabras de un
soñador que dedicó toda la vida a guiar un proceso
perfectible, hecho por mujeres y hombre que se
equivocan, se acomodan o arriman las brazas al sartén de sus necesidades
egoístas, hasta el punto de hacer peligrar la obra social.
En primer lugar, para ser honesto, quiero
delimitar mis ideas, creo en el socialismo y
he crecido plenamente en este sistema de justicia social, con miles de carencias,
insatisfecho pero orgulloso de lo que hemos logrado. Muchos factores internos y
externos han frenado el mayor desarrollo de nuestra sociedad, pero en lo
personal sigo creyendo en ella y en la posibilidad de mejorarla y no de
cambiarla por un sistema capitalista que nos hará más desiguales y donde la
novedad es que tendremos: “algunos millonarios”, por poner un ejemplo.
Quiero citar
un breve fragmento de un artículo de Armando Hart Dávalos aparecido en el
periódico cubano Juventud Rebelde el 28 de enero de 2004 en el que aborda este tema del socialismo y las
impresiones de nuestro José Martí sobre estas ideas demonizadas no desde ahora,
sino desde que aparecieron como alternativa de los humildes:
«Precisamente,
el drama del socialismo en el siglo XX se explica por el hecho que tras la
muerte de Lenin se pasó por alto la cultura. Martí lo había advertido cuando
dijo en carta a su compañero Fermín Valdés Domínguez, que "dos peligros
tiene la idea socialista, como tantas otras:—el de las lecturas extranjerizas,
confusas e incompletas:—y el de la soberbia y rabia disimulada de los
ambiciosos";[i]
es decir, el de la ignorancia, y el del oportunismo, la mediocridad y la
corrupción. En la incultura y en la maldad humana estaban para el Apóstol los
peligros que tenía la idea socialista, por esto fracasó el socialismo real.
También Martí señaló en esa propia carta a Fermín Valdés Domínguez que en
nuestro pueblo no es tanto el riesgo como en la sociedad más iracunda de
Europa, y le expuso ideas clave que recojo a continuación: "[…] explicar
será nuestro trabajo, y liso y hondo, como tú lo sabrás hacer: el caso es no
comprometer la excelsa justicia por los modos equivocados o excesivos de
pedirla. Y siempre con la justicia, tú y yo, porque los errores de su forma no
autorizan a las almas de buena cuna a desertar de su defensa".[ii] »
Quien tenga ojos que lea, estas palabras tiene total vigencia en una época donde los cuestionamientos al sistema vienen desde sus ineficiencias humanas al aplicarse en política.
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