sábado, 14 de junio de 2014

CON SATISFACCIÓN DE VIAJERO




“Agua Territoriales” es una serie de cuadros creados por el pintor cubano Luis Martínez Pedro (1910-1989), para mi nada más presagiante y real de lo vivido por los cubanos siempre en el vórtice de un huracán.

 Si hubiese tenido dinero sería uno de esos errantes viajeros que escudriñan el mundo, no un turista de comodidades y programa prefabricado, sino uno de esos que va donde late el corazón de la gente más sencilla y auténtica, por lo general marginada, porque los privilegiados, la clase VIP  son casi iguales en todas partes, para ellos se construye la “aldea global”, suave y desproblematizada.
 Si hubiese tenido dinero y no me hubiera convertido en uno de esos previsibles nuevos ricos, ahondaría en la vida del ser humano como lo hago en los libros en los que trato de encontrarlo, no reniego me tocó ser pobre en un país de “unanimidades” donde el modo de igualarnos, fue el de prohibirnos cosas, negarnos muchas otras y tratar de creer que la cultura nos volvería unos “cultos tontos” asimiladores de consignas y promesas.
 Por eso disfruto cuando me monto en una guagua (ómnibus) y salgo de La Habana, esa que no es el mejor lugar para vivir pero es  el más adecuado si quieres no quedarte atrás fundamentalmente en eso de estar informado, tener cultura y aspirar a algo más que un puesto burocrático donde ganarte el pan.
 Viaje a la “Cuba Profunda”, a Guantánamo, a esa ciudad linda y de mucho sol que tiene como símbolo una eufemística estatua de “La Fama” encima de un pequeño palacete en el centro de su bien estructurada parrilla urbana y que el mundo entero conoce por esa ilegal Base Naval que los yanquis nos impusieron a “Pepe…” hace más de un siglo y que como no tenían que hacer con ella, además de joder, pues la convirtieron, a nombre de la democracia en uno de los “anillos del infierno” , una infamia en medio de la nada donde son llevados los terroristas, … ¿y qué son ellos?
 Pero mi ciudad provinciana y hermosa, es un silencioso ejemplo de que los tiempos cambian, aún en Cuba, que no es el paraíso pero tampoco es el infierno y donde lo peor no es lo que se hizo sino lo que se prometió y no se logró, primero por ese  “Goliat inmenso que tenemos por vecino” y que tanto tiene que ver con nosotros queramos o no y luego por una ineficiente dirección política errante, que cambia y cambia por las conveniencias de mantenerse atadas al poder, pero que ha creado una “Hidra de siete cabezas” (la burocracia), que pervierte todo lo que toca y será, sino no cambiamos, el motivo  real de la pérdida de la “Arcadia Cubana”.
 Pero lo hermoso es que en medio del marabú profundo de los procedimientos y las trabas el país se levanta y ya es otro, habla, opina, es inteligente y rompe esquemas, eso lo he comprobado cuando converso con la gente de a pie que no quiere otra cosa que prosperar, tener su destino en sus manos y un estado garantizador de las conquistas que ganamos con sacrificios y con ese mismo esfuerzo hemos mantenido,  nos lo debemos a nosotros mismos y tenemos derecho a disfrutarla.
 Cambios, cambios, cambios, para mejor, no para atrás como el cangrejo o con una vuelta en círculo que nos haga mordernos la cola, eso es lo que quiere  este pueblo sacrificado, heroico y con un pasado histórico al que no renunciará jamás, pero que no puede convertirse en lastre sino en pedestal de los victorias.

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