Tomado de la revista Zun-Zun
Lo grande en lo pequeño, esa es cualidad de los
líderes, fijarse en esas pequeñeces que determinan las ideas de la gente
sencilla, por eso Martí resalta las palabras de Rosalío Pacheco, él como tantos
están contra el despotismo y la guerra no deja mucho espacio a la democracia,
por eso es mala escuela para la República y es los que no entienden los que leen a Martí: “...una
República no se funda como se manda un
campamento”[1],
sentencia escrita hace ya muchos años por Martí al calificar los métodos de
ordeno y mando. De eso hemos padecido y padecemos mucho en Cuba y en este breve fragmento queda
reflejado el criterio de la gente sencilla, quieren vivir libre, en patria libre,
sin despotismo:
“16. —Sale Gómez a visitar los
alrededores. Antes, registro de los sacos, del Teniente Chacón, Oficial Díaz,
Sargento Paco, que murmuran, para hallar un robo de ½ botella de grasa. —Convicción
de Pacheco, el Capitán: que el cubano quiere cariño, y no despotismo: que por
el despotismo se fueron muchos cubanos al gobierno y se volverán a ir: que lo
que está en el campo, es un pueblo, que ha salido a buscar quien lo trate mejor
que el español, y halla justo que le reconozcan su sacrificio. Calmo,-y desvío
sus demostraciones de afecto a mí, y las de todos. Marco, el dominicano:
“¡Hasta sus huellas!” De casa de Rosalío vuelve Gómez.-Se va libre el alcalde
de La Venta; que los soldados de La Venta, andaluces, se nos quieren pasar.
—Lluvia, escribir, leer.”[2]
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