La anotaciones del 5 de mayo tiene la trascendencia
de los grandes hechos históricos, ese día se encuentran los tres titanes de
nuestra guerra, Martí, Gómez y Maceo, será la primera y única vez que coincidan
en campaña, es un momento tenso y decisivo, el futuro de la patria y de la guerra
pende de aquella reunión de “jefes”.
Mucho se
especula de lo discutido en aquella reunión de La Mejorana, se crea el morbo
del encono y la bajeza, que no existe entre estos grandes hombres.
Maceo
defiende firmemente que el Ejército Libertador debía tener un papel
preponderante en la Revolución Independentista y Martí siente su desconfianza
no por él, sino porque ve en él, el “civilismo leguleyo y entreguista que pacto
el final de la anterior guerra.
Es de
suponer que Martí defendió sus posiciones, que eran las del Partido
Revolucionario Cubano, que se resumía en dejar al Ejército Libertador libre
para hacer la guerra, pero que para los asuntos de la República en Arma tenía
que existir un gobierno que defendiera los intereses ciudadanos y fuera un
freno al “caudillismo” latente, que toda guerra lleva en sí:
“5.
-Maceo nos había citado para Bocucy, adonde no podemos llegar a las 12, a la hora que nos cita.
Fue anoche el propio, a que espere en su campamento. Vamos, con la fuerza toda.
De pronto, unos jinetes. Maceo, con un caballo dorado, en traje de holanda
gris: ya tiene plata la silla, airosa y con estrellas. Salió a buscarnos,
porque tiene a su gente de marcha; al ingenio cercano, a Mejorana, va Maspon a
que adelanten almuerzo para cien. El ingenio nos ve como de fiesta: a criados y
trabajadores se les ve el gozo y la admiración: el amo, anciano colorado y de
patillas, de jipijapa y pie pequeño, trae vermouth, tabacos, ron, malvasía.
“Maten tres, cinco, diez, catorce gallinas.” De seno abierto y chancletas viene
una mujer a ofrecernos aguardiente verde, de yerbas: otra trae ron puro (...)
Maceo y G.[1]
hablan bajo, cerca de mí: me llaman a poco, allí en el portal: que Maceo tiene
otro pensamiento de gobierno: una junta de los generales con mando, por sus
representantes, - y una Secretaría General: -la patria, pues, y todos los
oficios de ella, que crea y anima al ejército, como Secretaría del Ejército.
Nos vamos a un cuarto a hablar. No puedo desenredarle a Maceo la conversación:
“pero ¿se queda conmigo o se va con Gómez?” Y me habla, cortándome las
palabras, como si fuese yo la continuación del gobierno leguleyo, y su
representante. Lo veo herido - “lo quiero - me dice – menos de lo que lo
quería”- (...)”[1]
Diario de
Campaña de José Martí.
En
una nota escrita es unos de sus cuadernos de apuntes sentencia Martí:
“¡Tanto
esfuerzo –para dejar a lo sumo como memoria de nuestra vida, una frase confusa,
o un juicio erróneo, o para que los que fueron montes de dolor parezcan granillos
de arena, en los libros de un historiar!”[2]
Esa idea llega a mi memoria justamente por
todas las especulaciones que se han hecho acerca de la página del Diario de
José Martí referente al día 6 de mayo, que no aparece en el mismo y hay huellas
de haber sido arrancada del mismo.
¿Quién
lo hizo y con qué intención?
La mayoría de los historiadores especulan que
pudo haber sido Máximo Gómez, tras la muerte de José Martí, molesto o
desconfiado de algún juicio del Apóstol acerca de la reunión de La Mejorana
efectuada un día antes. Realmente oportunidad solo la tuvo él, pues el diario
de Martí se mantuvo en su poder y nadie sabía dónde estaba hasta que su hijo lo
publicara como un anexo al Diario de Campaña de Máximo Gómez en 1936.
No creo que lo dicho en esa breve nota podría
cambiar la interpretación de aquellos hechos, pero el morbo de lo desconocido
sigue rondando este hecho.
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