El
13 de agosto de este 2018 comienza un proceso muy importante para el pueblo
cubano, ese día estamos convocados a pronunciarnos sobre la nueva Constitución
de la República de Cuba, esa que hace alrededor de dos meses está en boca de
los ciudadanos de este país y ahora en sus manos en forma de Proyecto sobre el
cual podremos opinar, pedir aclaraciones e incluso proponer determinados
cambios que consideremos necesarios para su perfeccionamiento.
Lo primero es tener en cuenta el mundo en que
estamos viviendo, una humanidad regida por intereses hegemónicos que ven
fundamentalmente en el otro un comprador, un servidor y muchas veces un
enemigo, porque piensa distinto o porque no se rige por los cánones que
establecen esos intereses imperiales, capitalistas y por esencia egoístas y
hegemónicos. No son mayoría, pero son los poderosos, los dueños de toso o de
casi todo, incluyendo los más modernos medios de comunicación a través de los
cuales influyen en la formación de opiniones, gustos y modos de ver la vida,
aunque en ello le vaya la sobrevivencia la Humanidad, ese conjunto que somos
todos y que vivimos en el único planeta en el que se crearon las condiciones
para la VIDA, el gran milagro del Universo.
Lo segundo y no menos importante, es no
olvidar que somos un pueblo pequeño, que tuvo el coraje de soñar con la Utopía
de una sociedad igualitaria, lo más posible, con oportunidades para todos, con
virtudes y defectos, amigos y enemigos, internos y externos, pero además en la
que la subjetividad de los seres humanos tiene mucho que ver.
Esta nueva Constitución ratifica esas
conquistas y esos sueños, pero deja a cada cubano con todos sus derechos garantizados,
con la posibilidad de avanzar lo más lejos que él pueda y que su inteligencia
le dé, pero sin que olvide que el otro, el vecino, el compañero de trabajo, el
que camina a nuestro lado aunque no lo conozcamos también va a su paso y a
veces no llega muy alto, su salud no es muy buena o su formación lo deja en un
estado de vulnerabilidad que esta sociedad y su estado deben cuidar y proteger.
La esencia está en seguir haciendo Revolución,
“con todos y para el bien de todos”, como reza esa máxima martiana y que
mantengamos lo mejor de lo humano en un mundo esencialmente egoísta, donde el
triunfador lo tiene todo, no importa cómo lo logro; no hemos trabajado todos
estos años para que la Cuba Revolucionaria y Solidaria que construimos entre
todo, se diluya en nuestros egoísmos, temores y evasiones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario