La
batalla ideológica en Cuba tiene un matiz muy interesante, se enfrentan los que
ven “el vaso medio lleno, con los que lo ven medio vacío”.
Yo
hace rato que tome partido por mi pueblo y mi país y por ello quiero seguir
destacando los innegables logros de este proceso único de un país pobre
tratando de distribuir lo mejor posible entre todos.
“Nuestro vino de plátano y si sale amargo es
nuestro vino”, eso dijo Martí, lo demás es seguir adelante con la brújula a la
izquierda que es el lado del corazón.
Hablemos
de las mujeres, el sector más favorecido por la Revolución, reconocida en todos
estos años por los grandes aportes que han hecho a un país en revolución, en
tanto han alcanzado grandes espacios de participación e integración en una sociedad
que peca todavía de “machista”, aunque sobran los ejemplos estadísticos y
anecdótico de su capacidad para cualquier tarea, trabajo o necesidad social.
Sin embargo sigue sobre ella la hermosa doble
carga, porque ella es la base de la familia y en silencio realiza lo posible y
lo indecible por sacar su profesión, su trabajo y su hogar que aún no concebimos
sin ella, aunque muchas son cabezas de familia y llevan la responsabilidad de
cuidar a los ancianos, la atención a los hijos y enfrentar con inteligencia y
ternura esta vida que sigue siendo difícil.
Muchas felicidades en el Día de la Federación
de Mujeres Cubanas, el 23 de agosto que significó el comienzo de la “Revolución
en la Revolución”, según palabras del propio Fidel.
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