jueves, 30 de agosto de 2018

CARILDA OLIVER LABRA





En su adorada Matanzas, hermosa, plena y cubanísima, cerró sus ojos una mujer hermosa, atrevida, de esas que tomó la vida a bocanadas para disfrutarla plena, esperando solo la felicidad de la reciprocidad y el amor de un pueblo que la tendrá siempre en un lugar destacado de su cultura y su historia.
 96 veranos con su pueblo, siempre con permanencia junto a esa ciudad de culto crecida al oriente de La Habana, a veces emulándola, otras trascendiéndola por la solidez de su cultura y sus hijos, entre los que Carilda fue una hija sobresaliente.
 Felices nosotros que hemos vivido su época, disfrutado de su belleza y talento, para saber de ese vibrar desordenada de quien seguirá provocando ese cálido herotismo de la insinuación elegante junto a todas las virtudes de Eva.

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