Un
6 de agosto de 1960 una gran multitud de cubanos se reunió en el estadio del Cerro[1],
era la clausura del congreso de la Unión Internacional de Estudiantes (UIE), las
palabras centrales de aquel acto hace 58 años fueron del Primer Ministro del
Gobierno Revolucionario Fidel Castro quien centró su discurso en las medidas
que el gobierno cubano tomaría contra las empresas estadounidenses dispuestas a
seguir la política de boicotear la economía del país dictada por el gobierno de
esa nación.
Fue un discurso memorable, las tensiones entre
Estados Unidos y Cuba llegaban al límite del chantaje económico, con la suspensión
de la cuota azucarera y la negación a refinar petróleo ruso por las refinerías
yanquis en Cuba, tras la falta de suministro desde los Estados Unidos.
Aquel largo discurso fue la digna y valiente
respuesta de la Revolución Cubana ante la pretensión imperial de poner de
rodillas a nuestro pueblo.
El pueblo congregado en aquel lugar, con el
sentido del humor característico del cubano, respondía a la enumeración de cada
una de las empresas nacionalizadas por el Estado revolucionario con un
contundente: ¡SE LLAMABA!, aludiendo a los nombre en inglés de aquellas
compañías que pasaría a llevar nombres de mártires y patriotas de nuestras
gestas libertarias.
Ese fue el clímax de aquellos intensos días
del año sesenta en el que probaron fuerza en el panorama cubano, primero las
desplazadas clases oligárquicas del país, luego el gobierno yanqui y sus
empresas y finalmente toda la burguesía nacional aliada a los Estados Unidos,
dispuestos todos a derrocar aquella Revolución Cubanísima que nunca mostró
miedo y a base de audacia, inteligencia y unidad con los humildes del país, se
las arregló para instaurar el socialismo en Cuba.
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