Hace 122 comenzó en Jimaguayú, Camagüey la
Asamblea Constituyente de la República de Cuba en Armas en las se que
discutiría la forma de gobierno y las relaciones entre el poder civil de la
Revolución y el Ejercito Libertador cubano.
Uno de
los principales protagonista de aquella reunión lo fue el Coronel Fermín Valdés
Domínguez, el entrañable amigo de José Martí, muerto en combate el 19 de mayo
de 1895 defensor de la tesis martiana de crear un gobierno civil pero darle al
Ejército Libertador las libertades
suficientes para lograr el objetivo supremo de lograr la independencia.
Exponemos aquí un fragmento de su biografía[1],
en la que expone su testimonio de aquella reunión necesaria de la Revolución
Independentista de 1895:
El 13 de septiembre de 1895 se reunen en el potrero de
Jimaguayú[2],
los representantes electos entre las fuerzas independentistas cubanas que se
habían alzado contra el colonialismo español, entre los que se encontraba
Fermín Valdés Domínguez, elegido por la provincia de Camagüey.
La Asamblea se
inicia con la presentación por el joven abogado Rafael María Portuondo Tamayo
del 3er Cuerpo de Ejército, de un Proyecto de Constitución, cuyo
punto más polémico fue su artículo 13 en el que se proponía que el Presidente y
el Vice-Presidente de la Junta de Gobierno fueran el General en Jefe del
Ejército Libertador y su Lugarteniente General, respectivamente.
Terminada la
propuesta, Fermín pidió la palabra para exponer su desacuerdo por el peligro
que representaba para la futura república. Alegó que apoyaba en sentido general
el proyecto presentado por los orientales, pero que se oponía rotundamente al
nombramiento de Presidente y vice-presidente a los cargos de General en Jefe y
Lugarteniente General.
La polémica en
torno al tema fue la sustancia básica de la Asamblea y Fermín junto a Enrique Loynaz del
Castillo se erigen en líderes y defensores del Gobierno Civil como garantía
contra el caudillismo. Al siguiente día el propio Fermín, preocupado porque la
intensa discusión creara la división en las filas independentistas y conocedor
del criterio martiano al respecto, pidió a la minoría que presentara una
propuesta que condujera al logro de un consenso sobre el tema.
Finalmente se llegó a un acuerdo basado en el
principio martiano de: “El ejército libre y el país como país, y con toda su
dignidad representado”[3]
y el 16 de septiembre se aprueba la Carta Magna
De aquellos
días en la
Asamblea Constituyente de Jimaguayú, escribirá nuestro biografiado:
“Si yo pudiera en pocas frases, pintar el patriotismo
y la fe con que se reunieron, y el tesón con que discutieron los hombres de la
Asamblea Constituyente, yo me impondría esa tarea(...)Queda en mi corazón, como
en una urna santa, la alegría y la honra de haber puesto mi nombre humilde, al
pie de la constitución de mi patria; de haber sido electo dos veces diputado
para aquella Asamblea y que mis compañeros me confiaran la misión de llevar al
ilustre Gómez, al genio de nuestra guerra, el mensaje anunciándole que había
sido electo por aclamación, Generalísimo de nuestra fuerza”[4]
En el sexto día
de la reunión se eligió el Consejo de Gobierno, presidido por Salvador Cisnero Betancourt como presidente
y Bartolomé Masó como vicepresidente; Fermín Valdés Domínguez fue designado
Sub-Secretario del Exterior.
[1] Ramón Guerra Díaz: “Como
de la misma raíz” (Biografía de Fermín Valdés Domínguez) en Monografía.com
[2] Lugar donde murió en
combate el Mayor General Ignacio Agramonte en 1873
[3] José Martí: Carta a Gonzalo de Quesada.
Obras Completas, Tomo III Pág. La
Habana, 1975
[4] Fondo Donativo: Leg. 416, Nº de Orden 1 A,
Archivo Nacional de Cuba
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