"La comparsa", el mestizaje y el ajiaco criollo en un cuadro antológico para la cultura cubana
Eduardo Abela Villarreal (1892-1965) fue
dibujante en la prensa habanera en la que creó el famoso personaje del “Bobo”,
alumno de San Alejandro emigra a España en 1924, allí expone con cierto éxito
de crítica, pero su inquietud está en París y a la capital francesa parte
exponiendo en el Salón de Otoño. Eran los años del surrealismo y Abela asimila
y aprende de las tendencias pictóricas. En medio de este deslumbramiento surgen
los dormidos temas de la patria, ahora tamizados por el exotismo de la Ciudad
Luz. Eran cuadros modernos por su técnica y costumbristas por su tema: “La
comparsa”, “La Casa de María la O”, “Los funerales de Papá Montero”, “Los
caballeros del pueblo”, “El adiós”, “La vega de tabaco”, etc.
Su
pintura es sensual, de fórmula segura con más preocupación por la técnica que
por los temas; con una expresa voluntad de simplificar, de llevar a líneas
esenciales el asunto, donde el cuadro aparece repartido en grandes masas de
colores donde concentra el mayor significado. La luz en Abela está respeta a
través del volumen y el color, es el trópico, pero desde lejos.
Igual le ocurre con los temas cubanos,
principalmente afrocubanos, de los cuales es uno de los precursores, con una
mirada folklorista, poética, sensual, elaborados a partir de la evocación y la
imaginación. No hay que olvidar que este es el momento de “descubrimiento” de
los temas negros en la cultura cubana, hasta ahora formaban parte del acervo
popular pero no eran tratados por la cultura establecida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario