"Los niños" Fidelio Ponce
Fidelio Ponce (1895-1949)[1]
es el pintor más original y de más talento de esta primera vanguardia de las
artes plásticas, golpeado por la vida y sus circunstancias, crea una obra
irregular que perfecciona por intuición.
Nació
en Camagüey estudiando irregularmente en San Alejandro, donde no pudo aprender
mucho. Se gana la vida como pintor de vallas comerciales y tiene un primer
período en el que pinta paisajes y retratos de calidad irregular. En la década
del 30 inicia un período de consolidación pictórica determinado por la esencia
de sus mitos interiores, reflejos de su desgraciada vida de paria, gravemente
enfermo de tuberculosis e incapaz de salirse de sí mismo, hace una pintura que
refleja sus miedos y obsesiones, con un estilo personalísimo y en el que están
presente figuras de tuberculosos, beatas, niños, vírgenes, cristos, monjes,
mujeres, en fin espectros de su existencia.
Para
este retablo crea sus propios colores, partiendo del blanco fantasmal, en el
cual parecen flotar sus figuras, apenas manchas contrastantes de blancos,
ocres, nacarados, azulinos o rosas, colores “(…) que van afinándose, suavizándose, haciéndose
fríos y que llevan a la generalidad dentro de la pintura cubana”[2]
Fidelio
Ponce expuso por vez primera en el Lyceum en 1934, fue todo un acontecimiento
cultural, llamando la atención del público y la crítica. En 1935 obtuvo el
Premio Nacional del Salón de Pintura y Escultura con su cuadro, “La beatas” y
repitió el premio en 1938 con, “Los niños”. En 1937 el Ayuntamiento de La
Habana organiza una exposición homenaje, “Exposición de Fidelio Ponce”, con
gran acogida.
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