José Martí, autor Carlos Enríquez
Con la claridad
que da la cultura y la seguridad de que
pertenecemos al proceso social
más justo que puede construir el hombre, traigo algunos fragmentos de la obra de
José Martí referidos al tema racial.
Más allá del color, más claro u oscuro, predomina el “color cubano” del que
hablaba Nicolás Guillén y que viene a coincidir con aquel aforismo martiano que
dice: “Hombre es más que blanco, más que mulato, más que negro. Cubano es más
que blanco, más que mulato, más que negro”[1], tal vez la frase que resume sus concepciones humanista en cuanto al
problema de la raza, el más grande reto social de la Cuba colonial de finales
del siglo XIX
“No hay razas: no hay más que modificaciones diversas del hombre, en
los detalles del hábito y formas que no les cambian lo idéntico y esencial,
según las condiciones de clima e historia en que viva”[2]
Una y otra vez insistió en dar sus puntos de vista
sobre el problema racial que el sistema esclavista había alimentado con el fin
de mantener desunidos a todos los pobres y explotados seres humanos que dentro
de Cuba, tenía más puntos de convergencias que de divergencias:
“Esa de racista está siendo una palabra confusa, y
hay que ponerla en claro. El hombre no tiene derecho especial porque pertenezca
a una raza u otra: dígase hombre, y ya se dicen todos los derechos”[3]
“Los hombres verdaderos, negros o blancos, se
tratarán con lealtad y ternura, por el gusto del mérito y el orgullo de todo lo
que honre la tierra en que nacimos, negro o blanco”[4]
Se acerca al
análisis primordial del problema, la consideración de la inferioridad cultural
del negro y resume en contundentes palabras su opinión sobre el tema:
“En este mundo no hay más que una raza inferior: la
de los que consultan, antes que todo, su propio interés, bien sea el de su
vanidad o el de su soberbia o el de su peculio: —ni hay más que una raza
superior: la de los que consultan, antes que todo, el interés humano”[5]
Advierte sobre un fenómeno que es muy común en
medios de estos conflictos y dice:
“De racista serían igualmente culpables: el racista
blanco y el racista negro”[6]
“Peca contra la humanidad el que fomente y propague
la oposición y el odio de las razas”[7]
“(...) el ser de un color o de otro no merma en el
hombre la aspiración sublime;(...)”[8]
Mantiene el
constante llamado a la necesidad de resaltar la condición humana, poner la
cultura al alcance de todo, como modo de poner al hombre en camino de la
igualdad plena y la razón de la unidad como factor de avance social, por sobre el egoísmo humano:
“Por sobre las razas, que no influyen más que en el
carácter, está el espíritu esencial humano, que las confunde y unifica (...)”[9]
Es un modo
breve para acercarnos a uno de los temas esenciales de la prédica martiana en
busca de consolidar la unidad nación y emprender el camino del progreso social.
Bien es que
se “visibilice” al componente negro en
la sociedad cubana, no hacerlo vulnera
el derecho del cubano de sentir sus raíces, conocerlas, propagarla, no como
folklor, que siempre será esencia de pasado, sino como cultura viva que
interactúa y crece.
Los
prejuicios raciales existen, están en la médula de las costumbres, en las
tendencias grupales, en los tabúes y estereotipos, todos hemos escuchado y
visto alguna de estas formas prejuiciadas y de intolerancia en nuestra
sociedad, ignorarla es como permitir que la mala yerba crezca junto al rosal y
sin campaña, pero sí con sólidos argumentos y actuar desprejuiciado para que
cuando digamos que en Cuba todos tenemos de “congo y carabalí”, no tengamos que
preguntar aquello de, ¿y tu abuela dónde está?, en claro referente al origen
africano de buena parte de los cubanos.
[1] “Mi Raza”, periódico Patria, Nº 57, New
York, abril 16 de 1893. O.C. Tomo II, Pág. 299
[2] “La
verdad sobre los Estados Unidos”. Per. Patria Nº 104. New York, marzo 23 de
1894, O.C. Tomo 28, Pág. 290
[3]
“Mi Raza”, periódico Patria, Nº 57, New York, abril 16 de 1893.
O.C. Tomo II, Pág. 298
[4] “Mi Raza”, periódico Patria, Nº 57, New York,
abril 16 de 1893. O.C. Tomo II, Pág. 299
[5]
Discurso en Homenaje a Fermín Valdés Domínguez. 24 de febrero de
1894. Tomo VI, Pág. 325
[6]
“Mi Raza”, periódico Patria, Nº 57, New York, abril 16 de 1893.
O.C. Tomo II, Pág. 300
[7] O.C.
Tomo VI, Pág. 22
[8]
“Los lunes de la Liga”. Per. Patria, Nº 3, New York, marzo 26 de
1892. O. C. Tomo V, Pág. 252.
[9] “México en los Estados Unidos. Sucesos referentes a México”. New
York, junio 23 de 1887. O.C. Tomo 7, Pág. 55
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