martes, 21 de febrero de 2017

CONSIDERACIONES MARTIANAS SOBRE LA DISCRIMINACIÓN RACIAL





 José Martí, autor Carlos Enríquez

Con la claridad que da la cultura y la seguridad de que  pertenecemos  al proceso social más justo que puede construir el hombre,  traigo algunos fragmentos de la obra de José  Martí referidos al tema racial.

 Más allá del color, más claro  u oscuro, predomina el “color cubano” del que hablaba Nicolás Guillén y que viene a coincidir con aquel aforismo martiano que dice: “Hombre es más que blanco, más que mulato, más que negro. Cubano es más que blanco, más que mulato, más que negro”[1], tal vez la frase que resume sus concepciones humanista en cuanto al problema de la raza, el más grande reto social de la Cuba colonial de finales del siglo XIX

“No hay razas: no hay más que modificaciones diversas del hombre, en los detalles del hábito y formas que no les cambian lo idéntico y esencial, según las condiciones de clima e historia en que viva”[2]
 
Una y otra vez insistió en dar sus puntos de vista sobre el problema racial que el sistema esclavista había alimentado con el fin de mantener desunidos a todos los pobres y explotados seres humanos que dentro de Cuba, tenía más puntos de convergencias que de divergencias:

“Esa de racista está siendo una palabra confusa, y hay que ponerla en claro. El hombre no tiene derecho especial porque pertenezca a una raza u otra: dígase hombre, y ya se dicen todos los derechos”[3]

“Los hombres verdaderos, negros o blancos, se tratarán con lealtad y ternura, por el gusto del mérito y el orgullo de todo lo que honre la tierra en que nacimos, negro o blanco”[4]

 Se acerca al análisis primordial del problema, la consideración de la inferioridad cultural del negro y resume en contundentes palabras su opinión sobre el tema:

“En este mundo no hay más que una raza inferior: la de los que consultan, antes que todo, su propio interés, bien sea el de su vanidad o el de su soberbia o el de su peculio: —ni hay más que una raza superior: la de los que consultan, antes que todo, el interés humano”[5]

Advierte sobre un fenómeno que es muy común en medios de estos conflictos y dice:

“De racista serían igualmente culpables: el racista blanco y el racista negro”[6]

“Peca contra la humanidad el que fomente y propague la oposición y el odio de las razas”[7]

“(...) el ser de un color o de otro no merma en el hombre la aspiración sublime;(...)”[8]

 Mantiene el constante llamado a la necesidad de resaltar la condición humana, poner la cultura al alcance de todo, como modo de poner al hombre en camino de la igualdad plena y la razón de la unidad como factor de  avance social, por sobre el egoísmo humano:

“Por sobre las razas, que no influyen más que en el carácter, está el espíritu esencial humano, que las confunde y unifica (...)”[9]

 Es un modo breve para acercarnos a uno de los temas esenciales de la prédica martiana en busca de consolidar la unidad nación y emprender el  camino del progreso social.

 Bien es que se “visibilice”  al componente negro en la sociedad cubana, no hacerlo  vulnera el derecho del cubano de sentir sus raíces, conocerlas, propagarla, no como folklor, que siempre será esencia de pasado, sino como cultura viva que interactúa y crece.

 Los prejuicios raciales existen, están en la médula de las costumbres, en las tendencias grupales, en los tabúes y estereotipos, todos hemos escuchado y visto alguna de estas formas prejuiciadas y de intolerancia en nuestra sociedad, ignorarla es como permitir que la mala yerba crezca junto al rosal y sin campaña, pero sí con sólidos argumentos y actuar desprejuiciado para que cuando digamos que en Cuba todos tenemos de “congo y carabalí”, no tengamos que preguntar aquello de, ¿y tu abuela dónde está?, en claro referente al origen africano de buena parte de los cubanos.







[1]   “Mi Raza”, periódico Patria, Nº 57, New York, abril 16 de 1893. O.C. Tomo II, Pág. 299
[2] “La verdad sobre los Estados Unidos”. Per. Patria Nº 104. New York, marzo 23 de 1894, O.C. Tomo 28, Pág. 290
[3] “Mi Raza”, periódico Patria, Nº 57, New York, abril 16 de 1893. O.C. Tomo II, Pág. 298
[4] “Mi Raza”, periódico Patria, Nº 57, New York, abril 16 de 1893. O.C. Tomo II, Pág. 299
[5] Discurso en Homenaje a Fermín Valdés Domínguez. 24 de febrero de 1894. Tomo VI, Pág. 325
[6] “Mi Raza”, periódico Patria, Nº 57, New York, abril 16 de 1893. O.C. Tomo II, Pág. 300
[7] O.C. Tomo VI, Pág. 22
[8] “Los lunes de la Liga”. Per. Patria, Nº 3, New York, marzo 26 de 1892. O. C. Tomo V, Pág. 252.
[9] “México en los Estados Unidos. Sucesos referentes a México”. New York, junio 23 de 1887. O.C. Tomo 7, Pág. 55

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