miércoles, 6 de abril de 2016

¿QUIÉN ARRANCÓ LAS PÁGINAS DEL DIARIO DE CAMPAÑA DE JOSÉ MARTÍ?






A propósito de artículo de Fidel Castro publicado el 29 de marzo de 2016 en el periódico Granma, referido a la visita del presidente Obama, hay un fragmento que toca uno de los mayores enigmas de la historia de Cuba:
“Nadie, sin embargo, es bueno o es malo por sí mismo. Ninguno de nosotros está diseñado para el papel que debe asumir en la sociedad revolucionaria. En parte, los cubanos tuvimos el privilegio de contar con el ejemplo de José Martí. Me pregunto incluso si tenía que caer o no en Dos Ríos, cuando dijo “para mí es hora”, y cargó contra las fuerzas españolas atrincheradas en una sólida línea de fuego. No quería regresar a Estados Unidos y no había quién lo hiciera regresar. Alguien arrancó algunas hojas de su diario. ¿Quién cargó con esa pérfida culpa, que fue sin duda obra de algún intrigante inescrupuloso? Se conocen diferencias entre los Jefes, pero jamás indisciplinas.”
 En el Diario de Campaña de José Martí faltan las páginas correspondientes al día 6 de mayo de 1895, posterior al encuentro suyo con Antonio Maceo y Máximo Gómez en la finca La Mejorana. Muchos, me incluyo entre ellos, se refieren a las posibles críticas de José Martí a la posición de los dos generales sobre el tema de la manera de organizar el gobierno de la República en Armas y al deseo de ambos de la salida de Martí hacia los Estados Unidos por considerar que allí podía ser más útil, en la intimidad de su diario algunas de sus consideraciones pudieron referirse a su opinión sobre el asunto y la de sus interlocutores en ese encuentro.
 Pero existe otra versión recogida por el comandante del Ejército Libertador Luis Rodolfo Miranda quien sostenía que esas cuartillas se referían al modo de la “distribución de los fondos para la revolución, incluyendo “las cantidades enviadas a distintos patriotas”[1]
¿Quién leyó este diario tras su muerte?
 Tras la caída en combate del Apóstol el diario de campaña pasó a manos de Máximo Gómez, quien lo conservó hasta su muerte, tuvo tiempo para la lectura del mismo que solo se dio a conocer adjunto al propio Diario de Campaña de Máximo Gómez cuando su hijo Bernardo Gómez Toro los publico en 1941.
 Recuerdo cuando trabajé en el Museo Máximo Gómez de La Quinta de los Molinos, entre las valiosas piezas sobre el Generalísimo que allí se atesoraban, había un cofre de madera, muy bien conservado, donado por algún descendiente, donde ambos diarios había sido guardados hasta su donación al Archivo Nacional de Cuba.
 Pero el tema ha sido tratado en otros momentos de la historia y por personas muy autorizadas, leamos lo que dice el ayudante de José Martí, Ramón Garriga Cuevas, encargado de llevar sus pertenencias, entre ellas el diario en los últimos días de campaña:
 “Yo las vi cuando las escribió. Yo guardaba el diario en mis alforjas. Cada vez que Martí me lo pedía, se lo entregaba. Gómez lo recibió completo de mis manos”[2] . Posteriormente volvería sobre su testimonio insistiendo, “que al diario de campaña, cuando él lo entregó, no le faltaba hoja alguna, y que fueron seis pliegos[3] los que Martí escribió el día 6 de mayo”[4]
 En cuanto al contenido este coronel del Ejército Libertador testifica que las hojas arrancadas se referían al disgusto de Maceo sobre el manejo de los fondos para la guerra.
 Al examinar los originales que conservaba la familia de Máximo Gómez, donde estaba incluido el Diario de Campaña de José Martí, Gonzalo de Quesada  Miranda, hijo del gran amigo del Apóstol constató que no había salto en la foliación del diario dentro de estos archivos (4650-76) pero si en la paginación del diario martiano que saltaba de le 27 a la 32, lo que evidencia que las páginas fueron arrancadas antes de ser foliadas.
Así fue publicado por primera vez el Diario de Campaña de José Martí como un anexo al Diario de Máximo Gómez en 1941.


[1] Antorchas de la Libertad, 1945, pág. 11.
  [2] Diario de la Marina, febrero 22 de 1948
[3] En realidad faltan cuatro y no seis hojas en el Diario de Campaña de Martí
[4]  Revista Carteles, octubre 25 de 1953

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