Dibujo de Orestes Suárez, tomado de la evista Zun-Zun 1985
Hace 121 años, 14 de abril
de 1895, en un intrincado paraje del municipio de Imías se produjo un hecho
singular y simbólico para la Historia de Cuba, ese día la pequeña expedición de
Martí y Gómez que ya habían hecho contacto con las fuerzas cubanas insurrectas
comandadas por el coronel baracoense Félix Ruenes, quienes desde el mismo día
del desembarco trataban de hacer contacto con las partida heroica, vivieron un
emocionante momento histórico.
El Mayor General Máximo
Gómez convocó a los oficiales que le acompañaban a una reunión de la cual fue
excluido José Martí, quien pensó en un primer momento que habían algún peligro
asechando y que ellos intentaban protegerlo a él. Sus conjeturas quedaron
zanjadas cuando el Generalísimo convocó a la pequeña comitiva y le dio la
noticia de que como General en Jefe de las fuerzas insurrectas cubanas junto a
los oficiales presente habían acordado entregarle a José Martí los grados de
Mayor General por su condición de Delegado del Partido Revolucionario Cubano.
La reacción del Apóstol queda reflejada en su
Diario de Campaña:
…Al caer la tarde, en fila la gente, sale a la
cañada el General, con Paquito, Guerra y Ruenea. ¿Nos permite a los 3 solos? Me
resigno mohino ¿Será algún peligro? Sube Ángel Guerra llamándome, y al capitán
Cardoso. Gómez, al pie del monte, en la vereda sombreada de plátanos, con la cañada
abajo, me dice, bello y enternecido, que aparte de reconocer en mí al Delegado,
el Ejército Libertador, por él su Jefe, electo en consejo de jefes, me nombra
Mayor General. Lo abrazo. Me abrazan todos.-A la noche, carne de puerco con aceite
de coco, y es buena.
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