viernes, 7 de diciembre de 2018

SIETE DE DICIEMBRE: MUERTE DE UN TITÁN



Mayor General Antonio Maceo y Capitán Francisco Gómez

Hace 122 años que el Mayor General Antonio Maceo, murió combatiendo por la independencia y la libertad plena de los cubanos uno de los pilares fundamentales del independentismo, al que se unió desde los inicios de la convocatoria de Carlos Manuel de Céspedes, junto a su heroica familia que dio a Cuba grandes patriotas y mártires.
 Era el General Antonio un ejemplo de intransigencia cuando se trata de la independencia de Cuba, hombre de carácter fuerte, don de mando y capacidad estratégica que no desdijo nunca las enseñanza de su maestro en la guerra, el Generalísimo Máximo Gómez.
 Cuando en 1878 los pusilánimes decidieron pactar con España, alzó su voz y dejó para la historia su honrosa Protesta de Baraguá en la que deja bien claro que sin independencia, ni abolición de la esclavitud, él y los hombre bajo su mando no reconocía ninguna tregua, era la viril respuesta de un líder popular que se unió a la guerra por el logro de estos sagrados objetivos que pusieran a Cuba en el concierto de las naciones libres.
 Ese día 7 de diciembre de 1896, junto a él y tratando de rescatar su cadáver muere su ayudante, el capitán Francisco Gómez Toro, el hijo de Máximo Gómez, el muchacho que asombró a Martí por su compromiso con la causa de su patria, el mismo que le insistió a su padre en su derecho de defender la causa de Cuba y que conociendo la caída del titán arremetió con un pequeño grupo de compañeros contra el enemigo que ya saqueaba el cadáver de su jefe, herido en anterior combate, el joven capitán muere junto a Maceo.
 Honor y gloria, simbología de la continuidad de dos generaciones de cubanos entregando su vida por la libertad de Cuba, ejemplo imperecederos que marca una Historia de la que estamos orgullosos.

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