Mayor General Antonio Maceo y Capitán Francisco Gómez
Hace
122 años que el Mayor General Antonio Maceo, murió combatiendo por la
independencia y la libertad plena de los cubanos uno de los pilares
fundamentales del independentismo, al que se unió desde los inicios de la
convocatoria de Carlos Manuel de Céspedes, junto a su heroica familia que dio a
Cuba grandes patriotas y mártires.
Era el General Antonio un ejemplo de
intransigencia cuando se trata de la independencia de Cuba, hombre de carácter
fuerte, don de mando y capacidad estratégica que no desdijo nunca las enseñanza
de su maestro en la guerra, el Generalísimo Máximo Gómez.
Cuando en 1878 los pusilánimes decidieron
pactar con España, alzó su voz y dejó para la historia su honrosa Protesta de
Baraguá en la que deja bien claro que sin independencia, ni abolición de la
esclavitud, él y los hombre bajo su mando no reconocía ninguna tregua, era la
viril respuesta de un líder popular que se unió a la guerra por el logro de estos
sagrados objetivos que pusieran a Cuba en el concierto de las naciones libres.
Ese día 7 de diciembre de 1896, junto a él y
tratando de rescatar su cadáver muere su ayudante, el capitán Francisco Gómez
Toro, el hijo de Máximo Gómez, el muchacho que asombró a Martí por su compromiso
con la causa de su patria, el mismo que le insistió a su padre en su derecho de
defender la causa de Cuba y que conociendo la caída del titán arremetió con un
pequeño grupo de compañeros contra el enemigo que ya saqueaba el cadáver de su
jefe, herido en anterior combate, el joven capitán muere junto a Maceo.
Honor y gloria, simbología de la continuidad
de dos generaciones de cubanos entregando su vida por la libertad de Cuba,
ejemplo imperecederos que marca una Historia de la que estamos orgullosos.
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