Foto de Arturo R. de Carricarte, joven.
Colección Museo Caca Natal de José MartÍ
Para los cubanos el nombre de Arturo R. de Carricarte
Armas (1880-1948), no es muy común, tendríamos que buscar el mismo entre los
especialistas que estudian la literatura cubana de los primeros años de la
República, pero este cubano inteligente y emprendedor fue una de las figuras
más relevante en cuanto a la conservación y divulgación de la memoria y el
legado de José Martí.
Nació en Marianao, La Habana el 6 de noviembre de
1880, estudio en el Instituto de Segunda enseñanza de La Habana donde se graduó
en 1894 y en 1902 viaja a Veracruz, México, donde permanece una breve
temporada. En el puerto mexicano Carricarte trabaja en la redacción de las
revistas “El Dictamen” y “Revista Crítica” junto a Pedro Henríquez Ureña
Regresa a Cuba y comienzan sus colaboraciones con los
periódicos y revistas de La Habana entre las que se destacan, la revistas “La
Época” (1904-1905), de la que fue también jefe de redacción y “La América”
(1907); fue colaborador del único periódico habanero que se publicó en inglés
“The Havana Daily Post” (1907) del que fue además jefe de redacción de su
edición en español. En 1908 fue premiado en los Juegos Florales del Ateneo y
Círculo de La Habana.
En 1909 entra al servicio consular cubano al ser
nombrado Consul de Cuba en Montevideo, Uruguay, país donde mantuvo una activa
participación en la vida intelectual.
De regreso a Cuba consolida su labor literaria al obtener
el Premio de Literatura (1913-1914) de la Academia de Artes y Letras por su
novela, “Historia de un vencido” (El Ñáñigo), miembro de la Academia de Artes y
Letras, de la Sociedad Geográfica y de otras similares en Hispanoamérica; funda
en 1915 la revista “Helios” de Marianao y se desempeña además en cargos
gubernamentales en la Secretaría de Instrucción Pública y la de Estado.
En 1921 funda la “Revista Martiniana”, primera
publicación íntegramente dedicada a José Martí en la que se dedica a publicar
cartas, documentos, poesías y documentos relacionados con nuestro Apóstol, dado
a conocer valiosas piezas de la documentación martiana, entre ellas la famosa
“carta inconclusa a Manuel Mercado” publicada por primera vez en la Revista
Martiniana.
Desde la Revista Martiniana, Carricarte hizo ingentes
esfuerzos para rescatar la Casa Natal de José Martí, en esos momentos en muy
mal estado y habitada por una numerosa familia desde 1903, en que Doña Leonor
fue autorizada por el Patronato fiador de la Casa a alquilarla, tras su muerte
sus herederos siguieron cobrando el alquiler y luego dejaron de hacerlo.
Carricarte promueve litigio para el rescate de la casa
comprada por cuestación pública y logra el desalojo de la misma para dedicarla
al “Museo José Martí”, primero dedicado al Apóstol y dirigido por este eminente
cubanos desde 1925 hasta 1940.
Desde este puesto batalló con la desidia gubernamental
para rescatar objetos y documentos y mostrar al público, apoyar a los maestros
de las escuelas públicas en su espontánea y noble labor de “rescatar” a Martí e
integrarlo a su pueblo, con el conocimiento de su vida y su obra.
Su labor cayada y anónima permitió consolidar al
“Museo José Martí”[1]
dentro de las tradiciones patrióticas del pueblo cubano, que incorporó a la
“Casita de Martí” como una de las reliquias de la patria.
Durante todo este tiempo continúa su amplia
colaboración con la prensa de su época, funda y dirige la Biblioteca Municipal
de La Habana y posteriormente la de Marianao.
En 1948 enfermo y decepcionado se retira de la
dirección de la Casa Natal de José Martí. Murió el 8 de noviembre de 1948 en su
Marianao natal, su recuerdo queda en esta institución que fundó en 1925, la
Casa Natal de José Martí a la cual se consagró, como homenaje sincero y
desinteresado al Apóstol Cubano.