miércoles, 27 de marzo de 2019

JOSÉ MARTÍ, CONTRA LA ANEXIÓN

Autocaricatura de José Martí
En Cuadernos de Apuntes


En los duros días de 1889 en que prácticamente solo José Martí enfrenta el “convite” de los Estados Unidos de América a las naciones hispanoamericana, para unirse en una “unión monetaria” (algo así como los Tratados de Libre Comercio actuales), incansablemente escribe y argumenta tratando de que los países de América Latina vieran la desventaja de la unión.
 Este es un fragmento de carta escrita a Gonzalo de Quesada, quien como él tiene una participación en la Conferencia Monetaria de Washington y en el que deja bien  claro su opinión acerca de los cabildeos de otro cubano, José Ignacio Rodríguez, convencido anexionista y al que Martí no deja de admirar por su inteligencia y refutar por sus intenciones:
  “En esto me llega su carta de V. De los móviles de José Ignacio Rodríguez no hay que hablar. Ama a su patria con tanto fervor como el que más, y la sirve según su entender, que en todo es singularmente claro, pero en estas cosas de Cuba y el Norte va guiado de la fe, para mi imposible, en que la nación que por geografía, estrategia, hacienda y política necesita de nosotros, nos saque con sus manos de las del gobierno español, y luego nos dé, para conservarla, una libertad que no supimos adquirir, y que podemos usar en daño de quien nos la ha dado. Esta fe es generosa; pero como racional, no la puedo compartir.
“…Base más segura quiero para mi pueblo. Ese plan, en sus resultados, sería un modo directo de anexión. Y su simple presentación lo es. Lo anima en Rodríguez, el deseo puro de obtener la libertad de su tierra por la paz. Pero no se obtendrá; o se obtendrá, para beneficio ajeno. El sacrificio oportuno es preferible a la aniquilación definitiva. Es posible la paz de Cuba independiente con los Estados Unidos, y la existencia de Cuba independiente, sin la pérdida, o una transformación que es como la pérdida, de nuestra nacionalidad. Sírvanos el Congreso, en lo poco que puede, pero sea para el bien de Cuba, y para poner en claro su problema, no para perturbarla, por lo pronto, con esperanzas que han de salir una vez más fallidas, o si no salen, no han de ser para su beneficio.
“Dos cosas pueden ser, y sólo la parte de Rodríguez me impide creer que sea una de ellas. 0 loa capitalistas y políticos de la costa, con ayuda y simpatía de quienes siempre ayudan estas cosas en Washington, han ido penetrando sutilmente hasta hallar en Rodríguez un auxiliar desinteresado y valioso,  este plan viene a ser la aparición de un propósito fijo de hombres del Norte, que es lo que me inclino a creer; o por comunidad de esas ideas limpias de Rodríguez, la pasión constante del revolucionario González[1]: y el interés confeso y probado de Moreno, se han venido a producir un modo de pensar, que como todo lo que lleva esperanza a los infelices, y libertad cómoda a los débiles, tendrá muchos adeptos, aquí y en Cuba, pero en el que no quisiera yo ver persona como Rodríguez[2] junto a un hombre del descrédito de Moreno, y de la poca autoridad de Luna[3].”[4]




[1] Ambrosio José González cubano empleado en la Conferencia Monetaria de Washington
[2] José Ignacio Rodríguez. quien actuó en la Conferencia en calidad de Secretario de la Comisión de Derecho Internacional, y de la de Extradición, fungiendo también como intérprete.
[3] Juan Bellido de Luna, autor del folleto “La anexión de Cuba a los Estados Unidos”. N.Y. 1888
[4] Carta de José Martí a Gonzalo de Quesada. 29/10/1889

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