«No hay monarca como
un periodista honrado»[1]
José Martí
Hace
ciento veintisiete años salió a la luz el periódico de José Martí, Patria,
el periódico de los cubanos que querían la independencia, definido por el Apóstol como la tribuna de
los cubanos y no como el órgano de ningún partido o facción; como el medio para
afianzar la unidad y divulgar la obra de todos los que dentro y fuera de Cuba
se empeñaban por dignificar su condición de cubanos. Eso fue Patria.
“Nace este
periódico, por la voluntad y con los recursos de los cubanos y puertorriqueños
independientes de New York, para contribuir, sin premura y sin descanso, a la
organización de los hombres libres de Cuba y Puerto Rico, en acuerdo con las
condiciones y necesidades actuales de las Islas, y su constitución republicana
venidera; para mantener la amistad entrañable que une, y debe unir, a las
agrupaciones independientes entre sí, y a los hombres buenos y útiles de todas
las procedencias, que persistan en el sacrificio de la emancipación, o se
inicien sinceramente en él; para explicar y fijar las fuerzas vivas y reales
del país, y sus gérmenes de composición y descomposición, a fin de que el
conocimiento de nuestras deficiencias y errores, y de nuestros peligros,
asegure la obra a que no bastaría la fé romántica y desordenada de nuestro
patriotismo; y para fomentar y proclamar la virtud, donde quiera que se la
encuentre. Para juntar y amar, y para vivir en la pasión de la verdad, nace
este periódico…”[2]
Por
esta razón se escogió esta fecha para rendir homenaje a la prensa cubana, esa
que no tiene anuncios, se edita en blanco y negro y es marcadamente partidista
y militante, que tiene una tradición revolucionaria de muchos años, que apuesta
por la Revolución
y por su pueblo, que tiene mucho que avanzar, principalmente en el seguimiento
de los temas internos o internacionales que nos interesan, sin pecar por
omisión o darnos excusas por respuestas o silencio de funcionario, sin temer a
esa frase tan hecha de callar para “no
darle armas al enemigo”; a la larga los buenos son los que triunfan, dijo
Martí, y tiene mucho el periodista de soldado, pero de soldado de la verdad, la
objetividad y el juicio crítico.
José Martí
es el más alto ejemplo de periodista que tenemos los cubanos, hombre
creativo que puso su inteligencia en función del mejoramiento humano y que hizo
del periodismo profesión de enseñanza a partir de la veracidad de lo que
escribe, la objetividad de los que informa y la didáctica, que no el didactismo,
para hilvanar ideas, cumplir objetivos y fijar conceptos consolidados en su
conocimiento social y su sagacidad política.
Periodista de primera línea al que nada humano
le fue ajeno y cuya especialidad fue el ser humano, trabajando las innumerables
vertientes de su quehacer cotidiano desde la alta política hasta el
entretenimiento y sus costumbres, sin el pecado vacío del “ganapan”, con el
juicio atinado, la opinión alerta y la enseñanza como oficio.
En este día de la prensa cubana, el mejor
homenaje al periodista mayor será el
servicio comprometido y crítico al pueblo y la nación, con la objetividad como
escudo y la verdad como lanza, rompiendo entuertos y contra molinos de vientos.
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