El
Diario de Campaña debe ser leído como la novela de Martí con Cuba y ese pueblo
humilde que le sale al encuentro en cualquier camino, para mi nada mejor para
caracterizar al cubano bueno que vino a luchar y morir:
El 7 de mayo de 1895 emprenden viaje, el roce
con su pueblo aligera las preocupaciones y hace posible el optimismo, por eso
se fija en esa gente que vivió “la guerra vieja” y muestra su orgullo porque
este fue territorio de Cuba Libre.
“7. -De Jagua salimos, y de sus mambises viejos y
leales, por el Mijial. En el Mijial, los caballos comen la piña forastera, y de
ella, y de cedros hacen tapas, para galones. A César le dan agua de hojas de
guanábana, que es pectoral bueno, y cocimiento grato. En el camino nos salió
Prudencio Bravo, el guardián de los heridos, a decirnos adiós. Vimos a la hija
de Nicolás Cedeño, que habla contenta, y se va con sus 5 hijos a su monte de
Holguín. Por el camino de Barajagua - “aquí se peleó mucho”, “todo esto llegó a
ser nuestro” -vamos hablando de la guerra vieja.”
Diario de
Campaña de José Martí
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