José Martí, en el parque de su nombre en mi ciudad de Guantánamo
Un breve saludo después de quince días de vacaciones, por esa Cuba profunda en la que me formé y crecí como ser humano, la Cuba que opina como le da la gana, a veces con razón, a veces con pasión, pero siempre justa, siempre mía, siempre propia.
Mi rincón en esa Cuba profunda es la ciudad de Guantánamo, un conglomerado hermoso de gente variopinta y dicharachera, trabajadora y creadora, pero que siempre mira con ojo crítico en este mundo isleño de miles de problemas sin resolver, unos bloqueísticos, otros, la mayoría inmensa por desidia del fincionarismo oficial siempre con una justificación en la boca para cada problema.
De todos modos, sin conformismos, pero..."yo me quedó con todas estas cosas..." nos vemos mañana.
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