Para
muchos en el mundo los cubanos vivimos en un mundo que ellos se han inventado (virtual),
detenido en el tiempo, donde no ocurrió una Revolución radical y popular hace
más de 58 años y donde somos un grupo de “sombies” apartado de la aldea global
en la que sí han acorralado a millones de seres humanos viviendo en una burbuja egoísta ajenos
a las atrocidades que a nombre de la “democracia y el mundo libre hoy se hacen”
Para esos, incluyendo al presidente de los
Estados Unidos, Cuba tiene un antes y un después con el 20 de mayo de 1902,
fecha que por demás solo marcó el momento en que los yanquis arriaron sus
banderas y salieron de Cuba haciendo más barata el mantenimiento de una neo-colonia o seudorepública que fue el
engendro nacido al compás de “buenas intenciones, algunas reformas públicas y
mucha penetración del capital norteño que hizo su zafra comprando media Cuba a precios irrisorios y avergonzando a
los cubanos con dignidad con una “Enmienda Platt”, impuesta a la cañona y con
el chantaje de “o hay República con enmienda o no hay República”, entonces ¿qué
vamos a celebrar los cubanos dignos, los que no somos plattista, los que
tenemos memoria y sabemos qué capitalismo tuvimos?...¡Nada!
Podemos tener y tenemos mil problemas que
resolver, pero el “olvido histórico” no puede ser la recompensa a las
lentejuelas de la modernidad que hoy son el guiño a la traición y a la vuelta
atrás… Somos los herederos de la prédica martiana y nos sabemos muy bien el
poema de Bonifacio Byrne[1].
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