Ellos fueron la base del Ejército Libertador y los seguidorres más radicales de las ideas de independencia e igualdad social predicadas por José Martí.
En realidad la necesidad de un cambio social junto con la conquista de la patria era el sueño más caro de la mayoritaria población humilde de la isla y la emigración revolucionaria que con su sustento y participación directa había contribuido a fomentar la Revolución independentista liderada por Martí.
Todo eso se frustró con la ocupación norteamericana en 1 de enero de 1899 y las autoridades de ocupación tenían por fin fundamental, preparar las condiciones para la permanencia de Cuba del modo más estrecho posible en la esfera de influencia norteamericana.
Mirado desde estas circunstancias la República que nació el 20 de mayo de 1902 no fue a consecuencia de la buena voluntad de los yanquis sino a pesar dé, porque la resistencia a la anexión y el deseo de tener independencia primaba por encima de los beneficios materiales que una anexión podía dar, por eso puedo entender las palabras de Máximos Gómez al izar la bandera cubana en el Palacio de los Capitanes Generales: "Hemos llegado", aquel estatus de República tutelada fue lo más "provechoso" conseguido por los cubanos y el servilismo de las clases políticas de la época y su modo de hacer política para sí acabó frustrando los sueños de Martí de construir una República, "con todos y para el bien de todos".
Ese estado de frustración lo refleja el triste y hermoso poema de Bonifacio Byrne, "Mi Bandera" , tras la frustración de su letra, la rebeldía del cubano que había peleado duro y sacrificado mucho por aquella independencia:
Al volver de distante
ribera,
con el alma enlutada y
sombría,
afanoso busqué mi bandera
¡y otra he visto además de
la mía!
¿Dónde está mi bandera
cubana,
la bandera más bella que
existe?
¡Desde el buque la vi esta
mañana,
y no he visto una cosa más
triste... !
Con la fe de las almas
austeras,
hoy sostengo con honda
energía,
que no deben flotar dos
banderas
donde basta con una: ¡la
mía!
En los campos que hoy son
un osario
vio a los bravos
batiéndose juntos,
y ella ha sido el honroso
sudario de
los pobres guerreros difuntos.
Orgullosa lució en la
pelea,
sin pueril y romántico
alarde;
¡al cubano que en ella no
crea
se le debe azotar por
cobarde!
En el fondo de obscuras
prisiones
no escuchó ni la queja más
leve,
y sus huellas en otras
regiones
son letreros de luz en la
nieve...
¿No la veis? Mi bandera es
aquella
que no ha sido jamás
mercenaria,
y en la cual resplandece
una estrella,
con más luz cuando más
solitaria.
Del destierro en el alma
la traje
entre tantos recuerdos
dispersos,
y he sabido rendirle
homenaje
al hacerla flotar en mis
versos.
Aunque lánguida y triste
tremola,
mi ambición es que el Sol,
con su lumbre,
la ilumine a ella sola, ¡a
ella sola!
en el llano, en el mar y
en la cumbre.
Si deshecha en menudos
pedazos
llega a ser mi bandera
algún día...
¡nuestros muertos alzando
los brazos
la sabrán defender todavía!...
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