miércoles, 21 de septiembre de 2016

JOSÉ DE LOS CUBANOS





Así  de esta forma coloquial y hermosa  vi llamar a José Martí en un poema cuyo título se pierde en esa madeja cambiante de pensamiento y haceres que es mi  vida. Para él mis primeras palabras por lo mucho que me aporta en el crecimiento personal, aún en momentos que parecía más de piedra que de espiritualidades, rehecho de frases acomodadas a cada circunstancia, leído en  su contundente prosa política, admirado por su poesía fundadora y temido por los agudos criterios éticos que traspasan el tiempo para quedar como paradigmas para el ser humano.
 Por eso a él acudo con frecuencia para comunicarme con el otro a través de este Blog que no tiene más pretensión que ser una bitácora de vida y pensamiento de este ser social que soy yo mismo.
 Desconfío de las religiones aunque me apoyo en la espiritualidad del ser humano como necesidad para contrarrestar este materialismo consumista al que nos induce el capitalismo salvaje y neoliberal de nuestra época.
 Este José nuestro al que todo llamamos simplemente Martí, es un conjunto de idea para seguir en la búsqueda del mejoramiento humano y de la mayor cantidad de justicia posible.
 José de los cubanos, recurrido para recordar quiénes somos (“Injértese en nuestras repúblicas el mundo, pero el tronco ha de ser el de nuestras república”) y el peligro de perecer desvanecidos en una aldea global, banal y pragmática, donde el “vivir hoy”  no permite una mirada atrás y no parecerse al “otro que nos venden” es no estar de moda,  en fin de cuenta como ese José de los Cubanos, “Yo soy un hombre sincero/De donde crecen las palmas…”

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