viernes, 4 de enero de 2019

LOS VALORES HUMANOS



En un mundo fraccionado y cada vez más individualista urge poner en su lugar los valores humanos, no como un aparatico más sino como las verdaderas guías para la espiritualidad y  el crecimiento de eso que se llama humanismo y que muchas personas solo valoran en las desgracias y dejan de tenerlas en cuenta cuando van “triunfando por la vida”, adquiriendo cosas, escuchando elogios, pisoteando a otros o mirando con indiferencia a quien tiene metas más modestas, visten distinto, piensa de otro modo y por eso él o ella no lo consideran  igual, a veces ni nota que existe.
 La individualidad humana es un don a cultivar y hacer crecer en los seres humanos, cada uno de nosotros es un ser único, pero no solitario, existimos en una sociedad que tiene sus valores y sus antivalores y es una elección nuestra saber qué escogemos y hacia donde conducimos nuestra vida.
 La Revolución Cubana, de la que  soy un orgulloso fruto, es en esencia un proyecto social de valores, en el cual los errores fueron por exceso de protección del ser humano, cuidarlo del mundo, ocultarle verdades “porque podían ser dañinas”, alejarlo de resto del mundo “porque era malo” o separarlo de la banalidad, lo lúdico o simplemente lo superfluo, porque era “diversionismo ideológico”
 La historia, que es la vida diaria acumulada, nos enseñó que el ser humano está en constante formación, no solo física sino (mucho más) espiritualmente y que debes “vivir” para crecer, confrontar para “valorar”, “equivocarse” para entender, ser siempre ”joven” para enfrentar la vida y al mismo tiempo ser “viejo” para trasmitir la experiencia.
 La vida en valores siempre lleva a la felicidad, aunque estemos desnudos de bienes, al fin y al cabo somos y seremos la huella que dejamos y no lo que consumimos.

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