viernes, 30 de octubre de 2020

21 DE OCTUBRE DE 1869, DETENCIÓN DEL JOVEN JOSÉ MARTÍ

 


 

José Martí fue detenido el 21 de octubre de 1869, a raíz del registro hecho en casa de su amigo Fermín Valdés Domínguez donde las autoridades coloniales españolas encontraron una carta dirigida a Carlos de Castro, condiscípulo de ellos en el Colegio San Pablo de Rafael María de Mendive, que se había alistado al Cuerpo de Voluntario[1], en dicha esquela, que no está firmada, se le preguntaba al joven, si sabía el castigo que los “apóstata” recibían en la Grecia Antigua y se le conminaba a responder.

  El castigo a los traidores en esas sociedades era la muerte y las autoridades coloniales acusaron a ambos jóvenes de amenazar de muerte a un soldado español y de “infidencia”, delitos ambos que podían llevarlo a la pena máxima.

  Tras varios meses de investigación las autoridades españolas enjuiciaron a los jóvenes en marzo de 1870, juicio que José Martí convirtió en un “alegato político” al defender el derecho de Cuba a ser libre e independiente. Martí fue condenado a seis años de prisión con trabajo forzado y Fermín a seis meses de prisión.

  La diferencia de condenas, pese a juzgarse el mismo delito, está dado por el hecho de haberle probado a Martí, su participación en los grupos conspirativos que se fraguaban en La Habana y por su alegato vehemente en el juicio. Pese a sus 17 años, el joven está vinculado con la prensa clandestina que circula en la ciudad y no se oculta para exponer su posición al lado del independentismo.

  A la cárcel no va un inocente desconocedor de sus responsabilidades, sino alguien que ha tenido la preocupación fundamental de no comprometer a ningún compañero de causa y a quien las autoridades españolas no pudieron probar acusaciones de mayor peso, pese a lo cual fue condenado con mucho rigor.

  El 4 de abril de 1870 comienza para él una dura prueba de la cual nos ha dejado el testimonio recogido en su folleto, «El Presidio Político en Cuba», publicado en Madrid, España, recién llegado como desterrado a ese país, posiblemente entre julio y agosto de 1871.

 



[1] Una milicia paramilitar organizada por el gobierno español en Cuba para defender el régimen colonial de la cual formaban parte nacidos en la península y costeada por la oligarquía colonialista.

martes, 20 de octubre de 2020

DÍA DE LA CULTURA CUBANA

 

El símbolo de la continuidad, la escarapela de Céspedes obsequiada a Martí por Fernando Figueredo y que le acompañó en su muerte en Dos Ríos

Desde 1980 los cubanos celebramos el Día de la Cultura Cubana los 20 de octubre, ocasión en la que reconocemos y exaltamos las raíces de la nacionalidad de esta nación joven y diversa hoy enfrentada a los retos de la globalización bajo la impronta martiana marcada en su ensayo “Nuestra América”: “…injértese en nuestras Repúblicas el mundo pero el tronco ha de ser el de nuestras Repúblicas”

 Hace 152 años la ciudad de Bayamo fue ocupada por las fuerzas independentistas comandadas por Carlos Manuel de Céspedes, junto a él venía su amigo Pedro Figueredo (Perucho) quien meses antes había escrito una marcha “sospechosa” tocada en un Tedeum en la Iglesia de Bayamo. En medio del entusiasmo victorioso de los bayameses Perucho distribuye entre ellos  la letra de “La Bayamesa” el canto patriótico escrito y musicalizado por él ahora presentado con todo su esplendor a la primera ciudad de Cuba Libre.

 Era la ratificación de la existencia de una cultura propia crecida  en medio del entramado de la “criollidad” y del dialectico “ajiaco” que era esta sociedad isleña conformada por descendientes de españoles, aborígenes, negros y otras raíces exóticas que venían aliñando el ser cubano, ahora desde 1868 esta cultura se daba el derecho de ser libre e independiente, ahora que más allá de las clases sociales y los intereses económicos, un noble bayamés, Carlos Manuel de Céspedes se había atrevido a proclamar la Patria añorada y expresado la voluntad de vivir y morir por ella.

 Como reconocerán los cubanos de hoy nuestro Himno Nacional no es una larga letanía de hipérboles y metáforas, es un himno vibrante que resumía en seis cuartetas el sentir del cubano, pero la guerra y los azares combativos que tachonaron estos primeros años de luchas hicieron que el canto patrio se sintetizara en las dos primeras cuartetas, porque en medio de la acción por hacer patria ellas eran el resumen supremo de nuestros anhelos, aquí les expongo la letra íntegra de la “Bayamesa”[1] y en negrita las partes que hoy conforman nuestro himno:

Al combate corred, bayameses,
que la patria os contempla orgullosa.
No temáis una muerte gloriosa,
que morir por la patria es vivir.

En cadenas vivir, es vivir
en afrenta y oprobio sumido.
Del clarín escuchad el sonido.
¡A las armas valientes corred!

No temáis; los feroces iberos
son cobardes cual todo tirano
no resiste al brazo cubano
para siempre su imperio cayó.

Cuba libre; ya España murió
su poder y orgullo do es ido
¡Del clarín escuchad el sonido,
a las armas valientes corred!

Contemplad nuestras huestes triunfantes
contempladlos a ellos caídos,
por cobardes huyeron vencidos
por valientes supimos triunfar.

¡Cuba libre! Podemos gritar
del cañón al terrible estampido
¡Del clarín escuchad el sonido,
a las armas valientes corred!

 Por cierto el primero en publicar el Himno Nacional tal y como lo conocemos fue José Martí en 1892 en su periódico “Patria”, la versión le llegada de aquel heroico mambisado emigrado a Cayo Hueso protagonista de estos hechos guerreros.



[1] Nombre que dio Figueredo a su canto patrio