miércoles, 25 de abril de 2018

APUNTES MARTIANOS EN SU DIARIO DE CAMPAÑA





Dibujo de Orestes Suárez, 1985

Mucho por andar por aquellos parajes que tanto conozco de mi querida Guantánamo, con su gran mochila al hombro, cargada de libros, botiquín y cuanto le hacía falta para comunicarse con los suyos, papel, pluma y tinta, que le permiten hacer visible aquellos días de glorias, los últimos de su vida, saldando su deuda de gratitud con ese pueblo montuno que le sale a las veredas o en el medio de los montes y siempre, la naturaleza, poblada de aquellos “arroyos de la sierra” de los que hablara en sus versos y un suspenso de maravilla en maravilla y ese modo suyo de llamar “buniato”[1], como lo hacen aún algunos campesinos de esa zona:
“16[2].- Cada cual con su ofrenda-buniato, salchichón, licor de rosa, caldo de plátano,- Al mediodía, marcha loma arriba, río al muslo. Bello y ligero bosque de pomarrosas; naranjas y caimitos. Por abras tupidas y mangales sin frutas llegamos a un rincón de palmas, al fondo de dos montes bellísimos.- Allí es el campamento (...)”[3]
Lo cotidiano como máxima expresión del ser, Martí está encantado por esta vegetación tan distinta de la que ha conocido hasta ahora, son lugares agrestes, pero habitados por gente noble que sabe del amor al prójimo y a la patria por conquistar, en sus apuntes vuelve la poesía al mirar el azul turquí de los cielos orientales, por estas fechas despejados de nubes y fuertes vientos:
“17.- La mañana en el campamento (...) Al fondo de la casa, la vertiente con su sitierío cargado de cocos y plátanos, el algodón y tabaco silvestre (...) y el infinito azul arriba (...) -Libertad en lo azul –me entristece la impaciencia- Saldremos mañana (...)”
El día 18 de abril de 1895 vuelve la mirada a esa gente sencilla que admira su interesa, hace un breve recuento de la vida del campamento y repasa aquella topografía difícil que no arranca de él una sola queja, está en Cuba, es lo importante:
“18.- A las 9½ salimos. Despedida en la fila.- G.[4] lee las promociones Pto. [5]Rico dice: “Yo muero donde muera el G.[6] Martí”.- Buen adiós a todos (...)-Por altas lomas pasamos seis veces el río Jobo (...) Por la cresta subimos (...) y otro flotaba el aire el aire leve, veteado (...) En el camino a los Calderos, -de Ángel Castro- decidimos dormir, en la pendiente (…)”





[1] En otros países esta vianda se conoce como batata y para el cubano de hoy es boniato
[2] 16 de abril de 1895
[3] Diario de Campaña de José Martí
[4] Máximo Gómez
[5] Puerto Rico
[6] General

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