martes, 24 de marzo de 2015

LA RAÍZ NEGRA DE LA NACIÓN CUBANA




Quintín Banderas, un soldado de Cuba

 Está por cumplirse el 103 aniversario de la matanza de negros y mulatos perpetrada en 1912 por los “órdenes constituidos en Cuba” en esa época. Las razones para tal felonía son muchas, todas vinculadas a los prejucicios que el mismo hombre blanco, rico y poderoso sembró durante  siglos por la supuesta inferioridad del negro, su necesidad de “civilizarlo” y mientras esto ocurría nada mejor que utilizarlo de “mano de obra esclava”, sometido a 14 horas y más de trabajo en las plantaciones de caña y otras producciones, prohibiéndoles desarrollar su cultura y sometidos a las más grandes humillaciones que un ser humano podía esperar, la primera de ella, no ser considerado como tal.
 La abolición oficial de la esclavitud en la colonia de Cuba fue decretada el 7 de octubre de 1886 por las Cortes Españolas, pero desde hacía dieciocho años la revolución independentista liderada por Carlos Manuel de Céspedes, proclama, desde el primer momento, el derecho del esclavo africano a ser libre; poco después así lo ratifica la Constitución de Guaimaro (1869), cuando las fuerzas de la insurrección se nutría de millares de antiguos esclavos, algunos salidos directamente de este régimen de explotación y otros ya levantados en arma por su vida y su libertad en un digno cimarronaje, aún necesitado de estudiar con detenimiento.
 La emancipación de los esclavos en Cuba fue un gradual y complejo proceso de cambios económicos, sociales y jurídicos. En 1877 la población esclava en la isla era de unos 200 mil personas, en tanto que en 1886 al abolirse la esclavitud quedaban apenas 25 381 esclavos de una población no blanca ascendente a 528 798, el 32 % la población total de la isla.
 La desigualdad en la población descendiente de africanos en Cuba continuó siendo un factor de discriminación y marginación, en 1887 apenas el 11% de esta  población, llamada eufemísticamente “de color”, sabía leer y escribir, frente al 33% de la población blanca en ese mismo año.
 El Código Penal de la colonia hacia diferencia por el color de la piel y consideraba un agravante el tener la piel oscura. Este código de corte esclavista, se modificó muy poco con la  intervención norteamericana, lo que se hizo fue mantenerlo, con las adecuaciones que convenían al interventor y sus aliados nacionales.
 En el procedimiento burocrático español se eliminaba el tratamiento de Don y Doña para los negros en cualquier documento oficial o jurídico y si ganaron algunas conquistas en cuanto a la admisión en las mismas escuelas y establecimientos públicos y la eliminación de los libros de “negro” y de “blanco” en las parroquias, fue gracias a la dura batalla de las organizaciones negras durante estos últimos años del siglo XIX.
 La vuelta a la guerra por la independencia de Cuba en 1895 supuso el tratamiento claro de este asunto y fue José Martí quien definió la política de los independentistas con la población negra, continuidad de la mantenida en la Guerra Grande: igualdad absoluta de  todos los ciudadanos de la isla.
 Terminada la guerra de independencia con la intervención norteamericana, emergía de ella un prestigioso contingente de combatientes cubanos que de hecho ya tenían derrotadas las fuerzas militares españolas en toda la línea. En ese Ejército Libertador Cubano sobresalía un buen grupo, algunos sostienen que eran mayoría, de gente no blanca, que ganó prestigios, grados y mando a fuerza de valor, intransigencia y patriotismo, muchos de ellos con grados de oficiales mayores que si bien eran gloria de Cuba se erigían como un peligro para la reacción colaboracionista y el intervencionismo yanqui.
 Por eso fue una prioridad  para las autoridades de ocupación “licenciar” a aquellos combatientes, que se iban a la vida civil, con unos pocos pesos, pero sin que nadie se ocupara de facilitar sus posibilidades de mejoramiento económico y social, esa es la génesis del movimiento de la gente “de color” y la creación de un partido para defender sus intereses, no para imponer una República Negra en Cuba, sino para “exigir lo que le pertenecía”, por ser cubanos y por sus aportes en las luchas por la independencia.

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