Hace
unos días que no escribo nada para el público, no faltaban, ni las palabras ni
la motivación, pero fueron, son, días, en que hubo que apretarse el cinturón
uno y dos ojales, para salir adelante en medio de esta crisis “coyuntural”[1]
que a todos nos molestan por su sentido retardador de sueños y de deseos de
construir un país “próspero y sostenible”[2]
Los “pendejos” sacudieron el fantasma del “período
especial”, como si no estuviéramos vivo y participante, la mayoría inmensa de
los que tuvimos que “arar en el mar”, agarrarnos a la esperanza y seguir
adelante cuando el mundo político soñaba con una caída del socialismo cubano y
su carga de sueños y conquistas: FRACASARON, y aquí estamos, más viejos, pero
firmes, cujeados de teorisismos, arando con los “mismos bueyes”, capaces de
garantizarles a las generaciones que venían detrás, hoy vivas y actuantes, la
capacidad de crítica, la libertad de discernir, el derecho al disparate, la
ingenuidad de la evasión, la libertad de irse y volver, si quieren, de Cuba, de
acostarse con quien le dé la gana y tener o no tener religión, pero la garantía
de que este proceso revolucionario era también por ellos y para ellos y que
mientras seamos vecinos de los Estados Unidos, no nos perdonarán la herejía de
no ser capitalistas a ultranza, de ser inclusivos, aún con errores, y de ser
herederos políticos y morales de dos hombres increíbles e idolatrados, pero
muchas veces no entendidos: José Martí y Fidel Castro.
Hasta otro tiempo, “milenium”
No hay comentarios:
Publicar un comentario