Hace
58 años se produjo la gran victoria del pueblo cubano en las arenas de Playa
Girón o de Bahía de Cochinos, como le gusta recordarla mejor a otros.
Eran días de “¡Patria o Muerte!”, la gente en
Cuba estaba, en su gran mayoría, dispuesta a defender aquel proceso
revolucionario legítimo y radical, soñado desde la frustrada independencia de
principios del siglo XX y por el que generaciones de cubanos dignos se
sacrificaron.
No era el capricho de un grupo imponiendo su
voluntad política, era la “gente”, la gente sin nombre, los olvidados, los
perdedores de siempre, los discriminados, los que soñaban un futuro mejor para
sus hijos, los analfabetos, los millares de hombres y mujeres sin trabajo, los
que no podían disfrutar la Cuba de “Mulatas, ron, tabaco y música”, los que sobrevivían
con poco y soñaban con algo mejor.
La victoria de Girón fue la culminación de una
recia batalla de terrorismo, mentiras, aislamiento político, inimaginables
mentiras circulando en rumores y en la prensa capitalista mundial, era la
demonización de la decisión de un pueblo por alcanzar un futuro.
En aquella circunstancia los protagonistas
principales fueron los hombres y mujeres de todas las edades, conscientes de
que se jugaba el mañana de un proceso soñado y no alcanzado por millones de
cubanos, por eso aquel miliciano sublime escribió con su sangre “FIDEL”, porque
en la premura de su entrega resumió la determinación en el líder, hecho pueblo.
Por eso la proclamación del SOCIALISMO el
16 de abril de 1961, ante miles de milicianos reunidos para enterrar a sus
héroes y dispuestos ellos mismos a ocupar su puesto en el sacrificio.
Girón es el ejemplo de lo que pueden hacer los
imperialistas por coactar los sueños de pueblo, su fin crean una “cabeza de
playa contrarrevolucionaria” en la pantanosa bahía de Cochinos y allí instalar
un gobierno provisional que pidiera la “ayuda” a los Estados Unidos (¿eso le
suena?), el mismo guión contra el gobierno legítimo de la Venezuela chavista,
el mismo que usaron contra Jacobo Arbenz en Guatemala, la razón de la fuerza, por eso
había que liquidar aquella intentona rápido y a la vista de la flota yanqui
frente a Playa Girón y en los alrededores de Cuba para que aquellos “héroes”
remanentes del capitalismo desalojado de Cuba no pudieran cumplir sus
objetivos.
Esa es la lección para la Historia, la unidad
y la disposición de hacer cualquier sacrificio, incluso el de la vida, por
consolidar la Revolución que disfrutamos y siguen sin perdonarnos que la
hayamos hecho a 90 millas de sus narices, como tantas veces dijo Fidel.
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