Autor Raúl Martínez
Termina un año, un año de trabajo y resultados discretos pero sostenidos para los cubanos, impulsados por la idea y la necesidad de hacer avanzar un proyecto justo y autóctono que tiene a la justicia social y al ser humano como objetivos más importantes.
Hace casi cincuenta y dos años triunfó una Revolución sui géneris en América, encabezada por Fidel Castro y con bases profundamente populares, venía a llenar el vacío de justicia y completar las esperanzas frustradas y pospuestas de un pueblo que generación tras generación vio malogrado el sueño martiano de tener una República “con todo y para el bien de todos” y padeció gobiernos “democráticos” con un concepto muy estrecho de pueblo y unos bolsillos muy anchos y esquilmadores.
Han sido años difíciles, y el que cierra no lo es menos, pero este proceso se ha erguido a pesar de los poderosos enemigos, interno y externos que ha tenido, a pesar de las mentiras que han tratado de ocultar la verdad de un pueblo que mide sus logros no por haber llenado de rascacielos y deslumbrantes centros de lujos sus ciudades, sino por su red de escuelas, hospitales, centros científicos, todos con un sentido humanista y no de lucro; que puede vanagloriarse por haber eliminado o disminuido a niveles ínfimos flagelos y vicios que hoy caracterizan a buena parte de la sociedades consumistas, cuyos patrones para medir el progreso parten del consumo y no por la satisfacción de las necesidades básicas de la gente.
Nuestro Martí, cuya ideología está en la base de este proceso que continua a pesar de los pesares, lapidó a los que conociendo un proceso o ignorándolo, se atreven a deslegitimizarlo y dijo: “Los hombres no pueden ser más perfectos que el sol. El sol quema con la misma luz con que calienta. El sol tiene manchas. Los desagradecidos no hablan más que de las manchas. Los agradecidos hablan de la luz”
Muchas felicidades para todos los que entran en contacto con estas breves palabras, desde esta isla colmena donde luchamos porque haya menos zánganos y porque ese mundo mejor sea posible. Creo en el ser humano y en su racionalidad, seguiremos teniendo planeta azul para todos, con menos ricos, pero también con menos pobres.
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