jueves, 3 de diciembre de 2020

EL DOCTOR FERMÍN VALDÉS DOMÍNGUEZ

 

Coronel Fermín Valdés Domínguez

Hoy es el día de la medicina panamericana en homenaje a ese gran precursor que fue Carlos Juan Finlay que nació un día como hoy, pero queremos dedicarle estar cuartillas a un médico mambí, que fue el mejor amigo de José Martí, que se vio involucrado en los hechos del 27 de noviembre, cumpliendo cárcel y dedicando buena parte de su vida a reivindicar a esos ocho compañeros suyos fusilados por el delitos de ser cubanos por esa horda sanguinaria que fue el Cuerpo de Voluntario.

 Continuó sus estudios médico en España donde se reencuentra con José Martí, escribe su libro sobre los sucesos del 27 de noviembre y vuelve a Cuba en 1876 ya graduado de medicina, radicándose en La Habana y ejerciendo la medicina como médico público en Santiago de las Vegas, el ingenio “Agüica” en Matanzas y Baracoa, en tanto continua su compromiso político con la independencia de Cuba y su vinculación con el obrerismo de la época que lo llevó a estudiar las enfermedades que provocaban en los tabaqueros las largas jornadas de trabajo y  una memoria sobre higiene que le abrió las puertas de la Sociedad de Estudios Clínicos de La Habana.

 Para los cubanos su labor médica es poco conocida, pero es necesario destacar que durante su estancia en Baracoa pagó con su dinero e introdujo el bacilo de Koch en la cura de la tuberculosis en esa región, recorriendo las áreas rurales de la misma y constando las duras condiciones de vida de estas personas.

 Al reiniciarse las luchas por la independencia de Cuba llega a Cuba en una expedición mambisa, junto a Serafín Sánchez, Carlos Roloff y otros patriotas que reaniman el espíritu revolucionario en la zona central de la isla,  poco después es  ascendido a Coronel Jefe a cargo de la Sanidad de la jurisdicción del centro, constituyentista en la Asamblea de Jimaguayú donde defiende las ideas de  José Martí en cuanto a la organización de la República en Armas, como ayudante de Máximo Gómez terminó la guerra y en la etapa de la intervención norteamericana fue médico en San Diego de los Baños, Pinar del Río, de cubanos veteranos hasta que fue nombrado médico forense en la Cárcel de la Habana, puesto desde el cual inició una campaña contra la pena de muerte con el “garrote vil”, por considerarlo un rezago del colonialismo español y método inhumano de ejecución.

 Rebelde y polemista muere el 13 de junio de 1910 en La Habana .

Néstor Carbonell lo retrata en este párrafo publicado en la revista “Bohemia” a raíz de su muerte:

“Nadie que trató mal a Cuba; nadie que osara ofender los santos ideales de libertad e independencia de la patria, tuvo paz con Fermín Valdés Domínguez; todo el que le servía y le amaba a Cuba era su amigo, su querido hermano. Fue periodista vigoroso, orador ardiente que fustigaba cara a cara al enemigo, hería con lanza de oro la epidermis delicada, y convencía, dulce y armoniosamente, a los remisos y abandonados. Siempre tuvo fe, creía cuando mucho desmayaban, amó y perdonó hasta sus más encarnizados enemigos.”

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