Antonio Maceo Grajales, el Titán de Bronce
Cual
si fuera una noria diabólica volvemos a vivir una nueva escalada de un gobierno
de los Estados Unidos por desestabilizar a Cuba, con los mismos argumentos, la
misma prepotencia y la cantada derrota política que deja y dejará atrás más
precariedades para el pueblo cubano, más penurias en el día a día y que si algo
bueno tiene es para ir decantando a los oportunistas que en circunstancias como
esta tratan de hacer su “agosto” a costa de vender un turno, especular con mercancías
de primera necesidad y hasta con vaticinar que “esto se pondrá más malo”, prima
necesaria para pedir más por lo que se robó o “le dieron a vender”.
Esa es la apuesta de los gobernantes de la
Casa Blanca, quebrar al pueblo cubano, vencerlo por cansancio, sacar el
diabólico egoísmo que tenemos en algún rincón del alma, aunque mucho lo llevan
a flor de piel, negar las conquistas de la que se han beneficiado, pidiendo lo
que saben no puede hacerse y actuando como si las calles fueran de ellos para
darle a Cuba la apariencia necesaria de inestabilidad, intolerancia y hasta
debilidad.
Son los “SIETEMESINOS” de siempre esos que
Martí desenmascaró en “Nuestra América”, los que ven la patria en peligro y
tratan de sacar provecho de ello.
En
Cuba todo pasa por la política, cada uno de nosotros es un político, somos un
pueblo con cultura, por “ser” tenemos a nuestros oportunistas, demagogos y
mediatizadores, pero es realidad aunque parezca teque: “NO NOS ENTENDEMOS” y lo
dijo Maceo en Baraguá, está escrito.
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